«Los planos contenían errores topográficos que se subsanaron»
Entre los testigos que prestaron declaración ayer estuvo el auxiliar de topografía Sergio Alonso Fernández, al que la autoridad minera solicitó tras el accidente que aportara un plano que recogiera el error topográfico que se detectó en el diseño de la planta 7ª. Reconoció que la galería estaba desviada (lo que justificaría que el taller no conectara con los minados superiores y la bóveda se hundiera); y señaló que «la galería comenzó su explotación con un plano erróneo, pero se subsanó el 21 de octubre» (siete días antes del accidente, cuando la galería estaba terminada y el taller en marcha. A pesar de que la fecha que figura en el plano enviado a Minas era de noviembre de 2013.
El auxiliar de topografía reconoció ante las acusaciones que «puede ser» que los trabajadores tuvieran entonces una referencia errónea del lugar en el que se encontraban; pero negó tener constancia de que se hubieran producido conflictos por tener que replantear la explotación».
Explicó a las defensas que los errores pueden producirse porque las señales que los topógrafos colocan en la mina se muevan por la propia presión de la explotación; y no recuerda si fue el ingeniero José Eliseo Solís quien comunicó a los topógrafos que había un error en los planos, y no se tuviera en cuenta que el buzamiento del macizo 7º era distinto al de los otros. Sobre los planos presentados en los informes declaró que él no había tomado los datos, sólo se los pasaron y lo dibujó.
Coincidió con el testigo Alfredo Álvarez en que le había advertido un día que fue a tomar datos a la explotación siniestrada que «hiciera lo que tenía que hacer y se marchara, porque aquello era una bomba». Aunque no pudo explicar cómo se encontraron si él estaba en la 7ª y Álvarez en la 9ª.
Ningún responsable del departamento de Topografía se encuentra entre los imputados por el accidente.