«En ventilación siempre estuvimos bien, había control las 24 horas»
La ventilación de todas las explotaciones de la Hullera Vasco Leonesa funcionaba bien, y se monitorizaba 24 horas al día el nivel de gas en la mina, según explicó Carlos Aguayo Lobera, electricista y vigilante del servicio de control ambiental de la Vasco. Un servicio que se encargaba de la monitorización y el calibraje de los metanómetros y de la ventilación primaria y secundaria.
Señaló en su declaración que en la mina «nunca estuvimos mal en ventilación», y que los metanómetros manuales disponían de señales visuales y acústicas que avisaban cuando el nivel de metano superaba el 1,5%, que es cuando paraban las labores. También las máquinas se paraban de manera automática cuando se llegaba a este nivel, para evitar el riesgo de explosión por chispas, y que no volvían a arrancar hasta que se rebajaba.
A preguntar de las acusaciones sobre si podía haberse recogido el nivel de gas de los metanómetros que portaban las víctimas explicó que podía haberse hecho; pero también a las defensas reconoció que las herramientas dejan de contabilizar cuando se supera el nivel del 5%, por lo que no habría servido para especificar cómo subió el gas el día del accidente.
Sí explicó que las alarmas saltaron ese día inmediatamente en las pantallas en las que se recogen los niveles en todos los metanómetros repartidos por las distintas explotaciones del grupo minero; y que tras recibir la alerta avisó al ingeniero jefe.
Tampoco quiso entrar en qué medidas podían haberse tomado ante las subidas de gas de los días anteriores. «Yo soy electricista, no técnico. Nos encargábamos de monitorizar y calibrar los metanómetros, era los ingenieros y vigilantes los que decidían qué hacer».