La CHD afronta una campaña de riego normal, con los embalses al 76,5% de capacidad
La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) afronta la campaña oficial de riego, que empezará el sábado 1 de abril, «con normalidad», con la excepción del sistema Pisuerga-Bajo Duero que inicia la campaña en una situación «más comprometida» y «más preocupante» que la general y pendiente por lo tanto de la evolución de la meteorología en una primavera que se prevé «algo más húmeda de lo habitual».
En concreto y según Alejandro Barriuso, director técnico de la CHD, los embalses de la cuenca del Duero están al 76,5 por ciento de su capacidad, ocho puntos por encima del valor de 2022 y en la media de otros años, un volumen de reservas que permite afrontar el inicio de la campaña «bastante bien» y con esa expectativa de que se pueda desarrollar «con normalidad», si bien ha reconocido que no se puede «cantar victoria» a expensas de lo que ocurra en primavera o en verano, ante las repercusiones de olas de calor continuadas y tempranas o de temperaturas récord como las de 2022.
«Tenemos reservas en todos los embalses, salvo en el Pisuerga-Bajo Duero, para ser optimistas pero, si tenemos una primavera y un verano con estas circuntancias adversas —calor— se nos puede complicar de forma repentina en lugares donde pensamos que está todo controlado», ha advertido para añadir: ‘Ojo, hay agua, pero la gestión se complica bastante» de darse esa meteorología adversa.
Barriuso ha insistido en la diferente situación que presentan los embalses del sistema Pisuerga-Bajo Duero (Aguilar, Cervera y La Requejada), que inician la campaña con unas reservas que no llegan «ni al 48 por ciento» y veinte puntos por debajo de la media de la última década, cuando alcanzaron el 68 por ciento.
Y entre las «buenas noticias», ha destacado la situación del sistema Tuerto, que tiene el embalse de Villameca, y del sistema Carrión, con las presas de Compuerto y Camporredondo, que han pasado de una situación «bastante mala» y de unas reservas «muy bajas» en 2022, a una recuperación «por completo», hasta el punto de que el primero ha llegado al 86 por ciento y el segundo al 92 por ciento.