La producción de electricidad en las centrales hidráulicas se desploma un 41%
La producción de electricidad en las centrales hidráulicas de Castilla y León se desplomó el año pasado un 41,6 por ciento, al pasar de los 8,5 millones de megavatios hora (MWh) a solo cinco millones, por la escasez de lluvias y la sequía. De esta manera, 2022 cerró como el segundo peor año en lo que va de siglo en la producción de energía hidroeléctrica. Hasta la fecha, solo 2017 marcó un registro más bajo que el pasado, con 4,3 millones de MWh, que también fue un ejercicio especialmente seco en la Comunidad. Además, la extrema sequía en lo que va de año y la falta de reservas de agua puede incidir en la escasa generación de este tipo de energía de cara a 2023, lo que influirá en los precios de la electricidad ya que las centrales hidráulicas ayudan a rebajar su coste, sobre todo en los momentos de máxima demanda.
Lejos quedan los años en que se superaron los doce millones de megavatios en la producción de energía eléctrica a través de las centrales hidráulicas de Castilla y León como 2001 y 2003 (12,7 millones de MWh, en cada caso) o cerca de esos valores como en 2010 (11,8 millones), 2007 y 2016 (11,3 millones de megavatios, en cada ejercicio) y 2014 (10,6 millones). En los últimos seis años, la producción hidroeléctrica en la Comunidad ha sido baja y solo se salva 2021, donde llegó a los 8,5 millones de megavatios.
El año hidrológico 2021-2022, marcado por la escasez de precipitaciones, tuvo su efecto negativo en los embalses de la cuenca gestionados por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD). En concreto, hubo un descenso del 39 por ciento de las aportaciones a los embalses del Estado en la cuenca, en relación a la media de los últimos 25 años.
Y eso perjudicó al funcionamiento de las centrales hidráulicas de Castilla y León. No en vano, son instalaciones que utilizan la fuerza del agua para obtener energía mecánica que luego se transforma en electricidad. Es decir, cuando hay lluvias y los pantanos tienen reservas de agua, la producción hidroeléctrica se dispara y gana peso en la generación de energía en la Comunidad, además de influir en el cómputo general.