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El Eria se alza en defensa de su agua y en contra de una embotelladora

Más de 600 personas se manifiestan entre Felechares y Castrocalbón para parar el proyecto

Los tractores también se sumaron a la protesta de ayer contra la embotelladora. DL

León

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El valle del Eria salió ayer a la carretera para alzar la voz en defensa de su agua y en contra de la instalación de una embotelladora. Más de 600 personas, tractores incluidos, recorrieron ayer el camino que separa Felechares de la Valdería y Castrocalbón para mostrar su oposición frontal al proyecto.

La manifestación estuvo convocada por la Plataforma Ciudadana Amigos del Agua del Valle del Eria . Su portavoz, Mónica Almanza, señaló que la movilización de ayer pretende «dar un golpe encima de la mesa y decir que no nos van a parar, que aquí nos a va tener. No vamos a dar un paso atrás. No vamos a parar ni legal ni socialmente».

Cabeza de la manifestación que tuvo lugar ayer entre Felechares y Castrocalbón. DL

La propia Almanza explica que todo surgió en el mes de abril «cuando, de repente, sin que nadie supiera nada, vimos la excavación de un pozo en el municipio de Castrocalbón. Casi de manera espontánea hicimos una manifestación y nos juntamos 300 personas. Y allí, en ese mismo pozo que estaban excavando decidimos montar la plataforma». A partir de ahí hicieron toda la presión social que pudieron para parar esa excavación. «Y lo cierto es que la paramos. Se marcharon, pero van a volver porque hay mucho dinero en juego».

Un mensaje claro

«Si el agua no es de los habitantes del valle del Eria, de los especuladores tampoco»

Explica que la empresa que está haciendo el pozo en realidad lo quiere para cedérselo a una multinacional para construir una embotelladora que «se dedicará a vender nuestra agua. Sabemos que para eso queda mucho, pero nos movemos ahora porque sin pozo no podrá haber embotelladora».

La imagen muestra la gran asistencia a la manifestación de ayer. DL

Tres son las razones que mueven a los vecinos del valle en contra del proyecto. Por un lado porque «nuestros agricultores y ganaderos son lo primero. De esto viven muchas familias. Queremos seguir siendo entorno rural y no queremos que nuestras fincas se conviertan en secano. Dicen que el agua no va a bajar, pero no nos lo creemos».

En segundo lugar porque las localidades de Calzada y San Félix tendrían que hacer ingentes inversiones para llevar el agua a sus casas en caso de que bajasen los acuíferos.

Y tercero. «Nos dicen que estamos en contra del progreso, que el agua no es nuestra, que es de todos. Pero si el agua no es de los habitantes del valle del Eria, de los especuladores tampoco».