Diario de León

Prioro huele a tradición y a pastores de antaño

El adelanto de la subida de los rebaños de ovejas a los puertos no permitió que cruzasen las calles del pueblo, pero aún así el público disfrutó con la lucha leonesa, la siega, un mercado o la comida pastoril

José Mª de Espejos de la Reina, el más rápido. CAMPOS

José Mª de Espejos de la Reina, el más rápido. CAMPOS

León

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La localidad de Prioro acogió ayer a más de un millar de personas que no quisieron perderse la tradicional fiesta de la trashumancia. Esta feria comercial y artesanal de la trashumancia ha llegado a su vigésimo novena edición y se ha convertido en una forma de poner en valor las tradiciones de la montaña leonesa.

En esta edición el rebaño de ovejas no pudo pasar por Prioro en esta fiesta. Cada vez es más complicado hacer pasar un rebaño de ovejas en una fecha señalada y eso se ha acentuado en esta edición con las grandes sequías que han obligado a que los rebaños de la trashumancia tuviesen que adelantar la subida a los puertos. «El problema ha sido que las ovejas no paraban a pastar en ningún pueblo ya que había mucha sequía y eso hizo que se adelantase con respecto a otros años donde sí ha habido pastos en los pueblos de tránsito. Esto hace que el paso de las ovejas por Prioro dependa de la climatología y hay años que la subida a los puertos la hace antes y otros años más tarde», según Manuel Herrero, nuevo alcalde de Prioro, quien matizó que esto hace muy difícil ajustar una fecha de un año para otro para el paso del ganado trashumante. Este año el ganado ha llegado a la montaña de Riaño con tres semanas de adelanto. A pesar de ello la gente disfrutó de una de las fiestas más numerosas de la montaña.

Los actos se abrieron con el concurso exhibición de perros mastines que contó con una representación de buenos ejemplares tal y como comentaban algunos de los pocos pastores de Prioro que aún quedan. Este perro siempre acompañaba a los rebaños ya que es un gran defensor ante los posibles ataques de los lobos que cada vez proliferan más por la montaña de Riaño.

Otra de las tradiciones que cada vez más auge está tomando, y llama la atención a niños y niñas, es la lucha leonesa. El corro de base puso de manifiesto que hay muy buena cantera tanto en masculinos como en féminas. En esta feria hace ya trece años que se puso en marcha el concurso de siega con guadaña. Cada concursante dispuso de una superficie de campo a segar de 20 metros de largo por cuatro metros de ancho. Se tuvo en cuenta el tiempo en finalizar la siega, el aspecto y limpieza de los cordones o marallos. Las zonas que se dejan sin segar se penalizaban. El más rápido fue José María Del Cojo, de Espejos de la Reina.

El pabellón de los deportes acogió una veintena de stands donde adquirir productos agroalimentarios, ropa y utensilios. Mientras la gente disfrutaba de las actividades y tradiciones leonesas un grupo de pastores preparaban la típica comida pastoril que a la vez iban enseñando a los más jóvenes ya que «lo importante es que no se pierda» esta cocina tradicional. Varios cientos de personas se animaron a degustarla. Ya por la tarde llegó el momento de la música a cargo del grupo El vientu al sullar, y la degustación del dulce típico de la rosca y chocolate. La fiesta continuó por la noche en el pueblo de Tejerina.

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