El fiscal pide imputar a Rivas por la construcción del ‘chalé’ de su mujer

La Fiscalía de Ponferrada insta al Juzgado de Villablino a la apertura de diligencias previas contra Mario Rivas, alcalde en funciones de Villablino, por un presunto delito de prevaricación administrativa a causa de su implicación en la tramitación del proyecto de construcción de una casa a nombre de su mujer que supuestamente no cumpliría con las normas establecidas en el Plan de Ordenación Urbana. Con este ya serían tres los casos abiertos contra el regidor lacianiego en los juzgados a pocos días de la constitución del nuevo ayuntamiento.

Ana Belén González solicitó en 2021 a su marido, Mario Rivas, licencia de obras para la rehabilitación de un edificio en ruinas —que hasta entonces había sido utilizado para guardar aperos de labranza— con el fin de destinarlo a un almacén. El PGOU de Villablino prohíbe que en esa parcela se construya una vivienda dado el antiguo uso agrario de la construcción que acogía. De hecho, el propio proyecto recalca que la estructura «se destinaría al almacenamiento de materiales inocuos y de utensilios para explotación agrícola, así como de pequeño taller personal, con el almacenamiento de herramientas». Sin embargo, y a tenor de la denuncia, no habría sido así y Ana Belén González habría realizado un proyecto que no cumplía con estos requisitos.

Por esa razón, la Fiscalía destaca en su escrito la obligación de requerir al ayuntamiento el expediente de licencia urbanística así como la realización por parte del Seprona de la Guardia Civil de un informe urbanístico sobre la edificación. Además, pide al juzgado que compruebe si la obra se ajusta a la licencia solicitada en la superficie, volumen y materiales empleados así como el destino dado a la edificación. El fiscal también requiere a la Confederación Hidrográfica Miño-Sil la remisión de la copia del expediente sancionador incoado por la obra de la mujer del alcalde.

La Fiscalía destaca en el auto, fechado el pasado 20 de julio, que se aprecian hechos que requieren de investigación con el fin de valorar o descartar que pudieran ser constitutivos de infracción penal por prevaricación administrativa. Y es que el documento subraya que, según la denuncia presentada, Mario Rivas tuvo intervención en el expediente administrativo para la rehabilitación del edificio a nombre de su mujer «pese a la prohibición legal dada su condición de alcalde», lo que podría resultar en un presunto delito de prevaricación. DIARIO DE LEÓN publicaba hace más de un año que si bien Mario Rivas se abstuvo en el procedimiento por su relación familiar con Ana Belén González, no lo hizo hasta que la licencia iba a ser concedida, después de meses de tramitación. Igualmente, en el expediente consta que fue él mismo quien recogió personalmente algunas notificaciones realizadas a su mujer, puesto que su firma aparece en los documentos. La mujer de Mario Rivas consiguió la licencia del Ayuntamiento cinco días después de la abstención, el 8 de noviembre de 2021 a través de un decreto firmado por la entonces teniente de alcalde, Hermelinda Rodríguez, que resuelve la concesión de la licencia. Sin embargo, ya habían comenzado las obras.

Además, la finca en la que se ha realizado la edificación, que aún no ha sido terminada, fue inmatriculada a nombre de Ana Belén González a pesar de que era propiedad de una mujer que vive en Argentina, María Elena Rodríguez, con la que llegó a un acuerdo a posteriori. Uno de los descendientes del propietario que aparecía en el registro, Antonio Álvarez Menéndez, explicaba que la parcela apareció un día inscrita a nombre de Ana Belén González Álvarez. «Yo hablé con Rubén Rivas y le dije que las cosas no eran así, que en Argentina estaba la heredera y que tenía que llegar a un acuerdo con ella», explica. Subraya, además, que fue a la notaría de Villablino y la notaria le informó de que para revertir la situación tenía que pedir a un juez argentino el documento que demostrara la propiedad. «Al final, pacté un precio con Rubén Rivas», destaca. María Elena Rodríguez vive en la localidad argentina de Chacabuco, en Bahía Blanca, y envió a su familiar, Antonio Álvarez Menéndez, un poder por el que le daba la capacidad de negociar.