M. C.
La CHD garantiza el agua Para el resto de la campaña de riego
Tras las últimas reuniones con las distintas juntas de explotación, CHD garantiza el suministro de agua en todos los sistemas hasta el final de la campaña de riego, que acabará entre agosto y septiembre. Los pantanos leoneses sobreviven a menos del 48% de su capacidad.
La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha finalizado la segunda ronda de reuniones de las Juntas de explotación con los regantes de la cuenca para seguir trabajando en la optimización del uso del agua en la actual campaña de riego. Estos encuentros se suman a los mantenidos de manera periódica por parte de los técnicos del Organismo con los representantes de aquellos sistemas condicionados por las características de un año hidrológico seco, si bien con efectos desiguales en la cuenca.
Los embalses de la demarcación gestionados por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) se encuentran actualmente al 50,7% de su capacidad, con un volumen total de agua almacenada de 1.450,4 hm3. Un valor similar al del año pasado por esas fechas (50%) y casi doce puntos por debajo de la media de los últimos diez años (62,2%).
El el caso de los embalses leoneses de la cuenca del Duero, Villameca, Barrios de Luna, Porma y Riaño se encuentran al 47,7% de su capacidad, con 612,9 hectómetros de agua embalsada, cuando el año pasado por estas fechas estaba al 48,9, más de un punto más. Villamenca, es el que mejor se encuentra, al 54,4 por ciento, mientras que Barrios de Luna está al 48,8, Porma al 47,1 y Riaño al 47.2. Llama la atención los datos de desembalse de la última semana en Riaño, que ha perdido 30,2 hectómetros cúbicos, Barrios de Luna, con 20,2 menos o Porma, que pierde 14,9.
Los embalses leoneses se encuentran al 47,7% de su capacidad, casi un punto menos que el año pasado
De manera general, se prevé que las reservas actuales en la cuenca permitan garantizar la campaña de riego, según las previsiones, en los sistemas Órbigo-Tuerto, Esla-Valderaduey, Tera, Arlanzón, Alto Duero, Riaza,Tormes, Águeda y Adaja, donde se ha aumentado hasta los 4.870 m3/ha la dotación máxima asignada. En el caso de sistemas como el Riaza o el Tormes, el volumen de agua embalsado además es una base fundamental para la mejor defensa de la próxima campaña en materia de disponibilidad del recurso.
En cuanto al Carrión, la bonanza de la climatología en mayo y junio ha permitido también mejorar las expectativas de la presente campaña y retomar la asignación de 4.500m3/ha prevista en el mes de abril. El sistema tiene 72,6 hm3 en la actualidad, 25 hm3 más que el año pasado; si bien es cierto que es un valor que se encuentra todavía lejos de los cerca de 90 hm3, media de los diez últimos años a fecha actual.
El sistema más condicionado sigue siendo el Pisuerga-Bajo Duero, lejos de una campaña normal, donde existe una limitación para todos los usuarios de regadío de consumo máximo (3.500 m3/ha). En este ámbito se distinguen dos casuísticas: por un lado, aquellas zonas con comunidades de regantes no modernizadas, que se van aproximando a un alto grado de consumo de la dotación asignada y que podrían terminar su campaña de riego en la segunda quincena de agosto; frente a comunidades modernizadas donde la eficiencia en la aplicación del recurso permitirá una mayor extensión de la campaña.
El director téncico de CHD, Alejandro Barriuso, aseguró que este sistema presenta una situación bastante comprometida, ya que esta en torno al 30% de volumen de agua embalsada, «un valor que es muy inferior al habitual en este sistema». Por eso aseguró que «al igual que ocurre en otros sistemas, el límite de dotación establecido va implicar que la campaña finalice a velocidades diferentes según qué zonas». Barriuso explica que «el patrón común que se observa es que las zonas modernizadas van a poder extender la campaña un periodo de tiempo mayor que las zonas no modernizadas». De hecho afirmó que «alguna de ellas, en las próximas semanas veremos como dan por finalizada la campaña».
El director técnico concluye que «en el resto de la cuenca, los volúmenes a 30 de septiembre en los embalses cumplirán lo dispuesto en las juntas de desembalse del 11 de abril, y salvo unas circunstancias climatológicas imprevistas no debería haber problemas mayores para finalizar la campaña».
Por su parte, el sistema Carrión, la previsión de marzo, en el caso de la que primavera fuera normal, con las precipitaciones propias de esta época del año, el valor que se dispuso era de 4.500 metros cúbicos por hectárea. «Después de esa complicada situación en abril y mayo hubo que rebajar su valor y ahora después del mes de julio, en vistas de la evolución de la campaña hasta la fecha se ha podido recuperar ese valor límite de los 4.500», asegura el director técnico.
Año hidrológico 2022-2023
La actual campaña de riego se inició con situaciones diferentes en el conjunto de la cuenca. Una coyuntura unida a un año hidrológico con mínimos históricos en cuanto a aportaciones en los meses de abril y mayo en la mayoría de los sistemas, que se vieron corregidos de manera desigual por las precipitaciones durante los meses de finales de mayo y de junio.
Después de la sequía del año hidrológico 2021-2022, se está sufriendo de nuevo un año seco en la cuenca, si bien la situación general es más favorable, en cuanto a nivel de reservas almacenadas en este momento, que en gran parte del territorio nacional. Las restricciones en la cuenca del Duero al regadío afectan, por el momento, a los sistemas Pisuerga, Bajo Duero y Torío–Bernesga.
En este contexto, desde la CHD se insiste en la importancia de la gestión del agua en un contexto de cambio climático.