La FOP pide elevar los vallados perimetrales en las zonas oseras

El de ayer tampoco ha sido el último accidente protagonizado por un oso en la autopista AP-66. A mediados del pasado mes de julio una familia que regresaba a Oviedo tras pasar una semana de vacaciones en Huelva, chocó contra un oso a la altura de Campomanes, en el kilómetro 73 y, aunque los tripulantes llamaron rápidamente a la Guardia Civil, el animal ya había huido del lugar del suceso. Ninguno de los ocupantes del vehículo resulto herido.

Después de este incidente, la Fundación Oso Pardo (FOP) publicó un comunicado en el que puso de manifiesto la necesidad de mejorar la seguridad de los vallados perimetrales de las autovías y autopistas para evitar la entrada de animales a la calzada. Actualmente, tanto en la citada AP-66 como en la A-67 y la A-6 (las tres atraviesan territorios oseros), los vallados son de un metro y medio, lo que «no impide en absoluto el paso de un oso ni de otras especies animales», explica la fundación.

Según la FOP, la necesidad de mejorar estas protecciones «es aún mayor por el aumento actual de la población de osos cantábricos, que conlleva movimientos dispersivos más frecuentes de los osos juveniles y más desplazamientos de machos adultos durante los celos. Por eso proponen correcciones, como vallados con una altura mínima de 3 metros, un voladizo hacia el exterior con varios hilos de alambre de espino y un tramo de malla de 1 a 1,5 metros para favorecer su fijación y colonización por la vegetación.