Vuelven a licitar la rehabilitación de la antigua casa consistorial de Valderas
La obra, ahora con un presupuesto de 355.000 €, convertirá el edificio en el Museo del Bolillo
El Ayuntamiento de Valderas vuelve a sacar a licitación, ahora por algo más de 355.000 euros, las obras de rehabilitación de la antigua casa consistorial para convertirla en el Museo del Bolillo.
La obra ya salió a licitación por 299.692 euros mediante un anuncio publicaco por el Ayuntamiento en la Plataforma de Contratación del Sector Público el 29 de noviembre de 2022. El consistorio se ha visto obligado a aumentar el presupuesto y este mismo 6 de septiembre publicaba por el mismo medio la nueva licitación por importe de 355.418 euros (IVA, incluido), lo que supone un incremento de 55.000 euros.
Las empresas interesadas en la ejecución de las obras tienen hasta el 5 de octubre para presentar sus ofertas. Una vez adjudicadas, tendrán un plazo de ejecución de seis meses.
Las obras están subvencionadas por la Diputación de León.
La antigua casa consistorial está ubicada en la plaza de Santa Marta, también conocida como plaza de los Paños o plaza Mayor. Se trata de un edificio de dos plantas que data de principios del siglo XVIII (1710).
En la localidad de Valderas existe una gran tradición en el encaje de bolillos y una asociación se dedica hacer y a enseñar a otros la técnica. La antigua casa consistorial se convertirá, pus, en el Museo del Bolillo, una vez se realicen las obras de su rehabilitación. Según viene reflejado en el proyecto, la planta baja contará con una sala de exposiciones y en la alta habrá sedes para asociaciones.
El proyecto ya superó en su día el visto bueno de la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta de Castilla y León que autorizó la reforma el 22 de febrero de 2022. La intervención principal consistirá en la «demolición interior de las plantas primera y bajo cubierta. Los nuevos forjados estarán compuestos de vigas de madera laminada y madera machihembrada», señalaba la Junta en su momento.
Según se explica en la memoria del proyecto, encargado por el Ayuntamiento y redactado por el arquitecto Luis López Sánchez, el edificio está ubicado dentro del Casco Antiguo haciendo esquina con fachadas y accesos a la plaza Santa Marta (también conocida como plaza de Santa María del Azogue, plaza Mayor o, incluso, plaza de Los Paños).
El inmueble tiene una forma ligeramente trapezoidal y consta de dos plantas y cubierta, con unas dimensiones de 107,40 metros cuadrados en cada planta.
La facha es de piedra caliza en la planta baja y de ladrillo en la primera. La cubierta general es de teja cerámica curva, a excepción de las dos torretas que son de pizarra. Un gran escudo de la villa preside la fachada.
Se trata de un edificio de estilo herreriano y en su parte baja tiene una inscripción que lo data en 1701. Su última función fue la de acoger la oficina de Correos. Por su parte, la planta primera se destinó a vivienda y cuenta con dependencias, incluidas cocina y baño.
El inmueble está inspirado en las construcciones de la época, de transición entre los gustos renacentistas de la última etapa (finales del siglo XVII) y los aires barrocos que pervivieron hasta finales del siglo XVIII. La fachada principal busca responder al carácter de representación ante la plaza pública.
Con el paso de los años tuvo distintos usos y épocas en las que estuvo prácticamente abandonado. Desde 2009 está en desuso, lo ha ido acelerando su deterioro, obligando en el año 2017 a una intervención de urgencia por parte de la Junta de Castilla y León para proteger su estructura, la cubierta, los muros y el escudo.
En la actualidad, el estado del edificio, según señalan los arquitectos, no presenta daños relevantes en la cimentación. En cambio, en las fachadas sí se detectan daños notables de erosión, desgaste y desprendimientos, especialmente en la parte baja. Igual sucede con elementos ornamentales que tienen deterioros importantes con desprendimientos. En cuanto a su estructura, será necesaria la consolidación de pilares y vigas. El blasón debe restaurarse y el interior rehabilitarse para su uso público.
Una vez hecho este diagnóstico, el Ayuntamiento acomete su rehabilitación total para convertirlo en Museo del Bolillo, actividad que cuenta con una importante presencia en la localidad y la existencia de una asociación que a lo largo del año realiza labores de artesanía y trabajos, y forma en este arte a niños y mayores.
La intervención consistirá principalmente en la eliminación de todas las particiones interiores dejando un espacio diáfano tanto en la planta baja como en la primera, para que permita un uso polivalente, adecuado para el museo y la sala de exposiciones. El acceso al nuevo museo se realizará desde la puerta sur de la fachada que da a la plaza Santa Marta, entrando directamente al espacio de exposición, situado en el fondo la escalera de acceso a la planta superior, un ascensor y un almacén.
La planta primera, prácticamente replicará la misma configuración.