Un nuevo sistema diagnóstico evaluará el cumplimiento de las Reservas de la Biosfera
- Ninguno de los siete espacios de León necesitaría esta herramienta que busca reactivar, no expulsar
El Consejo de Gestores de la Red de Reservas de Biosfera Españolas, del que forman parte los representes técnicos de las 53 que hay declaradas en España — siete de ellas en León —, se reunió la semana pasada para abordar, entre otras cuestiones, los niveles de calidad y de funcionamiento de estos espacios naturales amparados en el Programa Hombre y Biosfera (MaB) de la Unesco.
Desde que en el año 2017 se creara la llamada estrategia de fortaleza, para ayudar a estos espacios a cumplir los nieves de calidad y de funcionamiento establecidos por el MaB, se ha trabajado en otra estrategia, la de salida, que ya cuenta con el visto bueno del Consejo de Gestores, reunido la semana pasada, y con el del Consejo Científico.
Esta herramienta busca modificar el sistema de indicadores por el que se evalúan decenalmente las distintas reservas de la biosfera con el objetivo de «dar un toque de atención» a aquellas que se encuentran en situación de parálisis y no cumplan los objetivos perseguidos.
«No se trata de expulsar a nadie de la red, al contrario, se trata de una herramienta que busca reactivar aquellas reservas que están en una situación de parálisis y darle la oportunidad de crear un plan de acción», explica Beni Rodríguez, presidenta de la Red de Gestores de Reservas de la Biosfera de España. Además, «durante este tiempo se le dará la posibilidad a las administraciones implicadas en los territorios a decidir si quieren seguir formando parte de la red, y si la figura de reserva de la biosfera le aporta algo o por el contrario deciden salirse voluntariamente», concreta.
Rodríguez asegura que ninguna de las siete reservas de la biosfera de León se encuentran en esta situación de parálisis, aunque será en los próximos meses cuando se inicien las valoraciones decenales de la mayor parte de ellas, cuando se contará con un diagnóstico real de su grado de calidad, gestión y zonificación. Las reservas que no cumplan los objetivos propuestos son las que podrán someterse a la esta estrategia de salida que todavía debe contar con la aprobación del Comité Español MaB, que se reúne la semana que viene de forma telemática, con la presencia de la ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Si que es cierto que en la última revisión realizada entre los años 2021 y 2022 se puso en el punto de mira la situación de las reservas de Picos de Europa y de Laciana, por no cumplir con los objetivos marcados por el Mab. «Ahora mismo están fuera de peligro ya que han conseguido activarse en estos diez años», explica Rodríguez.
Con el tiempo, el concepto de reserva de biosfera ha evolucionado y algunas reservas de biosfera, designadas mucho antes de la adopción de la Estrategia de Sevilla, ya no se ajustan a los criterios del Marco Estatutario de la RMRB, especialmente en lo que respecta a la zonificación o a la participación de las comunidades locales. En algunos casos, las comunidades locales u otros interesados, o las autoridades responsables de la gestión de la reserva de biosfera, pueden decidir que ya no desean que su zona siga siendo una reserva de biosfera.
Piden más tiempo para ejecutar los proyectos Next Generation
Entre las numerosas cuestione tratadas en el Consejo de Gestores, que se reúne una vez al año, se abordó las nuevas líneas de financiación de las reservas de la biosfera que llegan de la mano de los fondos europeos Next Generation.
Este mismo año, el Organismo Autónomo de Parques Nacionales destinó 50 millones de euros de estos fondos a las reservas de la biosfera españolas, que se transfirieron para su reparto a las correspondientes comunidades autónomas. Castilla y León recibió 9,2 millones para sus ocho reservas, siete de ellas en León, a repartir entre los distintos proyectos presentados por las reservas, proyectos para los que se solicitará más tiempo para ser ejecutados, según se acordó en la reunión.
También se abordaron temas como la formación, los incendios forestales, la instalación de proyectos de energías renovables en zonas vulnerables, la situación hídricas de las reservas, el cambio climático y las posibilidades de aplicar la inteligencia artificial en los territorios.