Carrizo pide ayuda al Gobierno por los efectos del oídio
El alcalde reclama una reducción del índice de rendimiento neto de módulos de los lupuleros
El alcalde de Carrizo de la Ribera, el socialista Alfonso Álvarez, se ha dirigido a los Ministerio de Hacienda y Función Pública, y Agricultura Pesca y Alimentación en nombre del Partido Socialista del Órbigo, para informarles de la realidad que en estos momentos están viviendo los agricultores lupuleros de la provincia leonesa, en concreto de la comarca del Órbigo.
El regidor del PSOE ha explicado que debido a la limitación de uso impuesta sobre los principios activos extra aplicables al cultivo del lúpulo, el oídio ha atacado con fiereza la cosecha, provocando una reducción de la producción cuantificada hasta el momento entre un 30 y un 40%.
«Nos encontramos ante una situación que está ocasionando una verdadera catástrofe entre los agricultores y no solo, ya que familias enteras viven directamente del cultivo del lúpulo, pero otras muchas actividades comerciales se nutren de forma indirecta de esta gran industria», ha explicado Álvarez.
Por este motivo, el alcalde se ha dirigido a ambos ministerios, para seguir contando con el apoyo del Gobierno de España, y ha solicitado una reducción del índice de rendimiento neto de módulos de los agricultores lupuleros.
Álvarez ha recordado la importancia del lúpulo como motor económico de la provincia y del país, ya que el 95% de la superficie de cultivo de toda España se concentra en León, especialmente en la Ribera del Órbigo. En concreto, de las 570 hectáreas que se cultivan en todo el país, 541 se encuentran en León, lo que demuestra la importancia del lúpulo como revulsivo económico para la tierra leonesa.
El oídio es un hongo que ataca los cultivos y torna el verde de las motas en un marrón parduzco. Para luchar contra las plagas de oídio, actualmente y al margen de productos ecológicos, se suele utilizar el azufre o metrafenona, antídotos que suelen funcionar sobre todo a nivel preventivo pero que resultan insuficientes cuando la plaga es fuerte. El hongo hace su incursión en el mes de junio y este año ha llegado con especial virulencia. Desde entonces, los cultivadores de lúpulo han redoblado sus esfuerzos para tratar de mantener sanas las plantas, pero ha sido inútil.
Las condiciones climáticas han propiciado que durante este año el hongo oídio haya afectado con mayor intensidad a las plantaciones, ya que las temperaturas más bajas en las noches y el calor del día han ayudado a su propagación.
España no cuenta con los recursos fitosanitarios suficientes para hacer frente a esta amenaza sanitaria, a diferencia de otros países europeos en los que sí cuentan con ellos.