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La Diputación aparca el Sipam de la FAO, para el que no tiene ni oficina

Ni Eduardo Morán antes ni Gerardo Courel ahora han creado la estructura jurídica, el equipo de trabajo y la dotación presupuestaria para desarrollar el título logrado hace un año

Geardo Álvarez Courel departe con Eduardo Morán el día de la constitución de la Diputación. DL

León

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Todo fueron buenas palabras pero, de momento, no se ha puesto en marcha siquiera una acción para que el reconocimiento que la FAO concedió a las Montañas de León hace ahora casi un año pueda desarrollarse y dar sus frutos. Más allá de la rueda de prensa en la que se anunció el título y del viaje a Roma para recibir la acreditación , la inacción ha sido la tónica con la que la Diputación ha ejercido su responsabilidad con esta figura de la ONU y, casi un año después, no ha creado la estructura jurídica ni el equipo de trabajo ni la dotación presupuestaria que haga posible que el Sipam exista más allá del papel.

Fue a principios de noviembre del 2022 cuando la prensa se hizo eco de que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura había reconocido la importancia global del cultivo agroalimentario de las montañas de León para preservar un ecosistema autóctono que ha pervivido durante siglos.

La pasividad de la institución provincial, que ni siquiera ha designado un responsable para la promoción Sipam de la provincia, hace peligrar, según fuentes consultadas por DIARIO DE LEÓN, que el proyecto finalmente fructifique. Y es que es la Diputación la que debe liderar el desarrollo de esta figura. El mismo presidente, por entonces Eduardo Morán, calificaba el reconocimiento como uno de sus mayores logros al frente de la institución. «El Sipam va a suponer nuevas expectativas de desarrollo económico para todo el territorio», dijo en el mes de noviembre.

Los Sipam —Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial— son un instrumento para preservar y garantizar el futuro de los sistemas agrícolas singulares, que proporcionan una combinación de valores sociales, culturales, alimentarios, ecológicos y económicos para la humanidad. De hecho, las montañas de León consiguieron el título por acoger una producción agraria, ganadera y forestal de diversidad interna dentro de una «unicidad», extremo que se articula además en un espacio inmenso puesto que tiene un tercio del único parque nacional habitado de España, siete reservas de la biosfera, cinco reconocimientos de la Unesco incluyendo ser la Cuna del Parlamentarismo y 16 productos de calidad diferenciada. Además, cubre dos tercios de la provincia y un 11% del territorio de Castilla y León.

Este periódico ha intentado contrastar esta información con el propio presidente de la Diputación, Gerardo Álvarez Courel , que desde su nombramiento ha manifestado la importancia del reconocimiento de la FAO. Sin embargo, al menos de momento, no ha sido posible.

El trabajo para lograr que la montaña consiguiera la distinción fue el fruto de un trabajo de coordinación en el que estuvieron implicados investigadores de la Universidad, agentes de desarrollo local y alcaldes. En la parte científica trabajaron un gran número de profesores e investigadores liderados por Camino García, María Eugenia Rendueles y José Cortizo. Además, también participaron Fernando de la Fuente, director del Departamento de Producción Animal, y Pablo Linares, productor de castañas del Bierzo, entre otros.

El rector de la Universidad de León, Juan Francisco García Marín , asegura su interés por colaborar en el desarrollo de este reto, si bien admite que, al menos de momento, nadie desde la institución provincial se ha puesto en contacto con él. Sí habla de conversaciones informales así como de la promesa del presidente, Gerardo Álvarez Courel, de mantener una reunión para sentar las bases de la colaboración.

No es baladí puesto que el horizonte que abre la declaración a los territorios que lo han desarrollado es inmensa. Vicente Domingo, director del Cemas —Centro Mundial de Valencia para la Alimentación Urbana del ayuntamiento de Valencia—destaca que el sello concedido a la huerta valenciana ha tenido un «grandísimo» retorno para toda la provincia. «Una vez que tienes la estructura creada, nada te impide generar sinergias con regiones de Europa semejantes a la tuya, cooperar con científicos y personalidades de todo el mundo, solicitar subvenciones y suscribir convenios. «Las ventajas que hemos logrado gracias al trabajo desarrollado a través del Sipam son incalculables. No sólo desde el punto de vista de la agroalimentación o el turismo, sino de la salud y el incremento del nivel de vida», certifica.