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JORGE MONROY

Publicado por
M. Carro/M. Carnero
León

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Dicho y hecho. Tal y como estaba previsto, la borrasca Cierán está dejando fuertes rachas de viento, lluvias intermitentes y nieve en cotas de entre 1.000 y 1.200 metros de altitud a su paso por la provincia de León.

La mañana de este jueves fue especialmente complicada en casi todos los puntos de la provincia donde el agua se mezcló con el viento haciendo intransitables calles y carreteras, dejando además a cuatro ríos de la provincia en alerta naranja por peligro de desbordamiento.

Es el caso del Bernesga, a su paso por León capital y por Alija del Infantado, el río Omaña, en Las Omañas, el Porma, a su paso por Secos, y el Tuerto, a la altura de Quintana del Castillo.

El Servicio de Emergencias 112 recibió  lo largo del día más de 640 llamadas, de las que 27 procedían de la provincia de León, y gestionó más de 450 incidencias relacionadas con las rachas de viento en Castilla y León, donde la práctica totalidad de los incidentes gestionados han sido avisos por obstáculos en la calzada y por peligro de caída de objetos a la vía pública, sin haberse registrado víctimas.

Las nieves se dejaron también ver en algunos puntos de Laciana, en Babia, a primera hora de la mañana con cierta intensidad, en la montaña central leonesa, donde el puerto de Pajares registró los primeros problemas de circulación.

La nieve también dejó un ligero pero muy bien venido manto blanco en la estación invernal de San Isisdro.

El temporal ha seguido causando estragos en el municipio de Molinaseca. Si hace tan solo unos días el suelo se volvió a hundir en Onamio, donde en su día hubo una chimenea de respiración de la vieja mina de hierro del Coto Wagner, a primera hora de la mañana de ayer el río Meruelo se desbordó obligando a cortar, precisamente, la carretera de acceso a este pueblo y a Paradasolana. No es la primera vez que pasa.

El fenómeno se viene repitiendo desde hace unos cuatro años, según explicó el alcalde, Alfonso Arias, que volvió a reclamar a la Confederación Hidrográfica Miño-Sil que tome cartas en el asunto o que, si no lo hace, deje intervenir al propio Ayuntamiento o a la Diputación de León, que es la titular de esta carretera.

La falta de limpieza está detrás de los desbordamientos del río Meruelo en este punto concreto de la carretera de Onamio. La acumulación de piedras y sedimento ha reducido la profundidad del cauce en este tramo a «unos cincuenta y sesenta centímetros» y con ese poco margen, a la mínima que llueve con cierta intensidad, el agua anega la carretera «ocasionando importantes molestias a los vecinos», que tienen que «dar un rodeo» de más de diez kilómetros para poder acceder y salir tanto de Onamio como de Paradasolana, explicó el regidor. Se ven obligados a utilizar la carretera de Calamocos.

Fue un trabajador del Ayuntamiento de Molinaseca el primero en alertar del desbordamiento alrededor de la seis de la mañana de ayer. Inmediatamente se ordenó el corte de la carretera y se pasó avisó a la Diputación de León. Al cierre de esta edición, el paso seguía bloqueado, dado que el agua continuaba atravesando la carretera de lado y lado y las previsiones con respecto al temporal tampoco son optimistas. «Mientras no se pueda garantizar la seguridad, esa carretera seguirá cortada», aseguró Alfonso Arias, que ayer volvió a ponerse en contacto con al Confederación Hidrográfica.

Han sido varias las comunicaciones que el alcalde de Molinaseca ha dirigido al organismo de cuenca en  los últimos años, según él mismo explica, e incluso técnicos de la Miño-Sil —asegura— han estado en la zona valorando al situación. No obstante, hasta el momento no ha habido ninguna acción ni respuesta sobre la posibilidad de intervenir para eliminar ese punto negro del río Meruelo, que acostumbra a «mostrar su carácter» cada vez que llueve en abundancia.

«El Ayuntamiento está en disposición, si nos dan permiso, para eliminar la maleza de esa zona y limpiar el cauce a fin de evitar que esto se repita cada año», insistió el alcalde. 

El temporal no solo ha dejado daños en Molinaseca, a donde hoy está previsto que se desplacen técnicos de la Junta de Castilla y León para valorar la situación del suelo de Onamio tras el último hundimiento; sino que toda la comarca ha registrado incidencias. En Ponferrada, por ejemplo, el acceso a los parque sigue y continuará restringidos y los bomberos han tenido que intervenir en varios puntos por la caída de árboles y ramas y del desprendimiento de elementos de cubiertas de edificios por las fuertes rachas de viento. Uno ocurrió en Santo Tomás de las Ollas y en la carretera de Peñalba de Santiago se cayeron varios árboles que, en un caso concreto, bloqueó durante un tiempo el tránsito. 

Sigue la alerta

La Agencia de Protección Civil y Emergencias mantiene la alerta en toda la Comunidad por la previsión de «fuertes vientos y lluvias» las próximas horas por el paso de la borrasca Ciarán. Está previsto que Castilla y León sufra fuertes vientos de componente oeste-suroeste, con rachas máximas de 80-90 kilómetros por hora en tod0 el territorio, que pueden alcanzar los 100 kilómetros por hora en áreas de montaña.

Esta situación meteorológica se prolongará a lo largo del fin de semana a causa de la llegada de una nueva borrasca, de características similares, en la madrugada del sábado. Se prevé que, en la jornada del lunes 6 de noviembre, la situación experimentará una clara mejoría, por lo que se dará por finalizada la actual situación de alerta a las 14.00 horas de ese día.

La nevada en Piedrafita de Babia. RAMIRO.

Una máquina quitanieves actúa en la carretera entre Villablino y Cerredo. JORGE MONROY.

 

 

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