Valderas adjudica, por fin, la reforma de la antigua casa consistorial en 327.000 de euros
- El edificio, de principios del siglo XVIII, se convertirá en el futuro Museo del Bolillo
El Ayuntamiento de Valderas adjudica, por fin, la rehabilitación de la antigua casa consistorial ; un edificio de principios del siglo XVIII que será convertido en Museo del Bolillo.
El pleno valderense adjudicó el pasado 13 de octubre la rehabilitación de la antigua casa consistorial por 327.224 euros a la empresa Integral Arquitecture Systems, prácticamente un año después de su primera salida a licitación, de un largo periplo administrativo y de un inevitable aumento de presupuesto.
La obra salió a licitación por primera vez el 29 de noviembre de 2022 mediante un anuncio publicado en la Plataforma de Contratación del Sector Público por 299.692 euros, de los que 239.754 euros estaban subvencionados por el Instituto Leonés de Cultura de la Diputación de León con cargo al Plan R. Los 59.938 restantes debía ponerlos el Ayuntamiento. Pero no se presentó ninguna empresa y el concurso quedó desierto. Le había pillado la subida de los precios de la construcción y el Ayuntamiento se vio obligado a aumentar el presupuesto, que debería salir de fondos propios ya que la ayuda de la Diputación se mantiene en los 239.754 euros.
De 1701
El edificio está inspirado en las construcciones de la época, entre el renacimiento y el barroco
Con todo ello, hubo que revisar el proyecto, actualizando los precios de cada partida de obra, y debió pasar el visto bueno de la propia Diputación, lo que llevó varios meses. Una vez solventado todo ello, la obra volvió a salir a licitación pública el pasado 6 de septiembre, igualmente mediante un anuncio publicado en la Plataforma de Contratación del Sector Público por 355.418 euros, aunque se incluye una partida de 21.000 euros para honorarios de los técnicos que no estaba en la primera licitación. Descontando esta partida referente a los honorarios técnicos, el Ayuntamiento se vio obligado a incrementar el presupuesto de licitación prácticamente en 35.000 euros que, como se ha reseñado, deberían salir de las arcas municipales.
Finalmente la obra se adjudicó en el pleno municipal celebrado el pasado 13 de octubre por 327.224 euros, de los que 239.754 serán aportados por la Diputación, mientras que el consistorio deberá poner 87.470 euros, en lugar de los 59.938 previstos en la primera licitación. Bien es verdad, como se ha señalado, que ahora se incluyen ya los honorarios de los servicios técnicos.
La antigua casa consistorial está ubicada en la plaza de Santa Marta, también conocida como plaza de los Paños o plaza Mayor. Se trata de un edificio de dos plantas que data de principios del siglo XVIII (1710).
En Valderas existe una gran tradición en el encaje de bolillos y una asociación se dedica hacer y a enseñar a otros la técnica. La antigua casa consistorial se convertirá, pues, en el Museo del Bolillo, una vez se realicen las obras de su rehabilitación. Según viene reflejado en el proyecto, la planta baja contará con una sala de exposiciones y en la alta habrá sedes para asociaciones.
Nueva utilidad
Además de museo, contará con sala de exposiciones y espacios para asociaciones
El proyecto ya superó en su día el visto bueno de la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta de Castilla y León que autorizó la reforma el 22 de febrero de 2022. La intervención principal consistirá en la «demolición interior de las plantas primera y bajo cubierta. Los nuevos forjados estarán compuestos de vigas de madera laminada y madera machihembrada», señalaba la Junta en su momento.
Según se explica en la memoria del proyecto, encargado por el Ayuntamiento y redactado por el arquitecto Luis López Sánchez, el edificio está ubicado dentro del Casco Antiguo haciendo esquina con fachadas y accesos a la plaza Santa Marta (también conocida como plaza de Santa María del Azogue, plaza Mayor o, incluso, plaza de Los Paños).
El inmueble tiene una forma ligeramente trapezoidal y consta de dos plantas y cubierta, con unas dimensiones de 107,40 metros cuadrados en cada planta.
La facha es de piedra caliza abajo y de ladrillo arriba. La cubierta general es de teja cerámica curva, a excepción de las dos torretas que son de pizarra. Un gran escudo de la villa preside la fachada. Se trata de un edificio de estilo herreriano y en su parte baja tiene una inscripción que lo data en 1701. Su última función fue la de acoger la oficina de Correos. Por su parte, la planta primera se destinó a vivienda y cuenta con dependencias, incluidas cocina y baño.
El inmueble está inspirado en las construcciones de la época, de transición entre los gustos renacentistas de la última etapa (finales del siglo XVII) y los aires barrocos que pervivieron hasta finales del siglo XVIII. La fachada principal busca responder al carácter de representación ante la plaza pública.
Con el paso de los años tuvo distintos usos y unas épocas en las que estuvo prácticamente abandonado. Curiosamente nunca fue casa consistorial. Desde 2009 está en desuso, lo que ha ido acelerando su deterioro, obligando en el año 2017 a una intervención de urgencia por parte de la Junta de Castilla y León para proteger su estructura, la cubierta, los muros y el escudo.
El estado del edificio no presenta daños relevantes en la cimentación. En cambio, en las fachadas sí se detectan daños notables de erosión, desgaste y desprendimientos, especialmente en la parte baja. Igual sucede con elementos ornamentales que tienen deterioros importantes con desprendimientos. En cuanto a su estructura, será necesaria la consolidación de pilares y vigas. El blasón debe restaurarse y el interior rehabilitarse.
Una vez hecho este diagnóstico, el Ayuntamiento acomete su rehabilitación total para convertirlo en Museo del Bolillo, actividad que cuenta con una importante presencia en la localidad y la existencia de una asociación que a lo largo del año realiza labores de artesanía y trabajos, y forma en este arte a niños y mayores.
La intervención consistirá principalmente en la eliminación de todas las particiones interiores dejando un espacio diáfano tanto en la planta baja como en la primera, para que permita un uso polivalente, adecuado para el museo y la sala de exposiciones. El acceso al nuevo museo se realizará desde la puerta sur de la fachada que da a la plaza Santa Marta, entrando directamente al espacio de exposición, situado en el fondo la escalera de acceso a la planta superior, un ascensor y un almacén.
La planta primera, prácticamente replicará la misma configuración.