Del cerdo, hasta los andares: tradición en Puebla de Lillo

Puebla de Lillo abrió ayer las XXVI Jornadas Gastronómicas de la Matanza con la puesta en escena del sacrifico del cerdo que llegó al recinto ferial muerto, pero la gente pudo ver de primera mano cómo se hace la limpieza del animal para dejarlo en canal. El cerdo tenía un peso de 160 kilos y un precio de 400 euros. Previamente a este acto, miembros de la Guardia Civil del Greim de Sabero ofrecieron una charla sobre ‘Consejos de seguridad en la montaña’.

Mientras la realizaba la limpieza del gocho, el numeroso público asistente pudo degustar la tradicional parva con orujo, mistela y dulces. Los restaurantes ofrecen este fin de semana menús relacionados con los productos de la matanza. Por la tarde hubo una visita guiada a Puebla de Lillo y al Torreón. Antes del cierre del recinto ferial el público pudo degustar un magosto ofrecido por el Ayuntamiento.

Para hoy, domingo, está previsto el sorteo del gocho a las 13.30 horas para continuar con la degustación de morcilla y picadillo ofrecido en una cazuela de barro. El alcalde del municipio, Pedro Vicente Sánchez, señaló que en esta edición se había optado por no hacer la subasta del cerdo y cambiarlo por el sorteo para ver la experiencia. «Estamos contentos ya que hemos llenado de stands el recinto ferial y seguimos apostando por la tradición de la matanza para que lo conozca la gente».