El centro de biocombustibles de Villarejo será laboratorio de referencia del lúpulo
El Itacyl apuesta por crear una marca de protección geográfica en el Órbigo y por impulsar la innovación del cultivo
Centro de I+D+i de biocombustibles y bioproductos de Veguellina de Órbigo. RAMIRO
El Centro I+D+i en Biocombustibles y Bioproductos (CBB) de Villarejo de Órbigo se convertirá en un centro de referencia para potenciar la actividad del sector del lúpulo y de su industria de transformación, según los planes que baraja el Instituto Tecnológico y Agrario de Castilla y León (Itacyl), que ha encargado un estudio para analizar la viabilidad del proyecto.
Es una de las medidas de una amplia propuesta que está diseñando el Itacyl y cuyo objetivo es aprovechar la implantación del cultivo en la ribera del Órbigo para optimizar su valor como un recurso endógeno que genere riqueza, no sólo a través de la producción del lúpulo, sino también como eje impulsor de actividades culturales con fines turísticos.
En concreto, el instituto analizará la puesta en marcha de «dispositivos de prototipado, experimentación y participación alrededor del cultivo del lúpulo para facilitar imaginarios futuros para la comarca en torno al cultivo, potenciando además de la perspectiva económica-comercial, la perspectiva cultural con fines turísticos», como se recoge en el pliego de condiciones para la adjudicación de este estudio, que deberá estar redactado en cuatro meses y que contará con una financiación de 80.000 euros.
Generador de riqueza
Entre otras medidas, el organismo proyecta evaluar las posibilidades de crear una marca de protección geográfica del lúpulo en la comarca del Órbigo, a través de una indicación geográfica protegida (IGP) o una denominación de origen. Así, pretende analizar las oportunidades que supondría la obtención de esta figura de calidad y, en caso de ser beneficiosa para los agricultores, ponerla en marcha «en el menor tiempo posible».
Todo ello se une a la intención de fomentar la innovación y la investigacion del cultivo estrella de la zona, a través de la implementación de un Laboratorio Experimental o ‘Living Lab’ de lúpulo en la comarca desde un punto de vista técnico, económico y social.
El concepto en el que trabaja el Italcyl es que desde este laboratorio experimental se pongan en valor «las capacidades público-privadas disponibles para fomentar la co-creación y la interconexión ciencia-sociedad-cultura». El fin es que el lúpulo, como recurso endógeno , pueda ser el eje de la riqueza patrimonial de la zona, haciendo hincapié en que se trata de un cultivo artesanal respaldado por una sólida tradición en el Órbigo.
‘Living Lab’
El estudio, que será realizado por la auditora Grant Thorton Avisory, deberá buscar la forma de implicar a las comunidades locales en este cultivo, «en la custodia de sus ecosistemas y recursos naturales además de su producción comercial». El Itacyl incide en la importancia de prestar una «especial atención» a la perspectiva familiar y la relación intergeneracional del cultivo en la zona de la Ribera de Órbigo «y su gran fuerza como motor de desarrollo económico y fijador de población en entornos rurales».
Según el encargo del Itacyl, el estudio deberá basarse en la situación y problemática actual del cultivo y transformación del lúpulo en Castilla y León, desde el punto de vista de grandes y pequeños cultivadores, comercializadores, producción ecológica, variedades tradicionales y nuevas variedades y usos actuales y potenciales.