Diario de León

El mundo a golpe de pedal

Un joven ovetense con raíces en Valderas es recibido como un héroe en la villa del Cea en

Lucas Álvarez entrando al Ayuntamiento de Valderas. MEDINA

Lucas Álvarez entrando al Ayuntamiento de Valderas. MEDINA

León

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Solo el que afronta retos mayúsculos es capaz encontrarse a sí mismo. Algo así le ha pasado a esta ovetense, con raíces familiares en Valderas. Lucas Álvarez Canca es un joven ovetense de 34 años que está a punto de terminar de dar la vuelta al mundo en bicicleta.

Polifacético: deportista, doctorado en Filosofía, carrera de piano, poeta, traductor, políglota (habla castellano, inglés, alemán, francés e italiano y parte de portugués, japonés y catalán), cinturón negro de judo, jugador de voleibol, maratoniano, triatleta con algún ‘ironman’ a sus espaldas... El gusanillo de dar la vuelta al planeta en bicicleta le entró después de recorrer a golpe de pedal la Ruta de la Plata y de ver reportajes de otros aventureros y pensó «si otros pueden, ¿por qué yo no?».

«Conseguí liberar cinco meses en el trabajo» y el 9 de julio salió de Oviedo para cruzar Francia y toda Europa hasta llegar a Estambul donde se subió en un avión rumbo a Vancouver (Canadá) donde los incendios que por entonces asolaban la zona le impidieron seguir la ruta de prevista. Se hizo toda la Costa Oeste de Estados Unidos, pasó por el Gran Cañón de Colorado, saltó a Washinton DC y estuvo en Nueva York. De allí voló hasta el norte de Japón para cruzar el país nipón y saltar Vietnam...

Cuando el domingo llegue a Oviedo habrán pasado 141 días sobre la bicicleta y casi 14.000 kilómetros recorridos. La aventura ha sido tal, que le cuesta recordar alguna anécdota concreta «porque cada día prácticamente ha tenido una». En su recorrido se apoyó en grupos mundiales de ciclistas que hacen aventuras similares que están en contacto para dejarse sus casas para dormir.

Lo más temido, asegura, era la lluvia, «porque no hay modo de secar la ropa para el día siguiente si sigue lloviendo». En un desierto de Estados Unidos, «que no llueve nunca, me pillaron tres días de tormenta». Y, en otra ocasión, tras una avería, llamó a su contacto de la zona para que le fuera a buscar, pero alguien pasó por allí y, al verlo, le invitó a subir a su furgón. Él accedió creyendo que era el amigo que había llegado a buscarle, pero al preguntarle su nombre no era. Al final, «hicieron conmigo una especie de intercambio de rehén», dice y sonríe.

Afirma que ha tenido «bastante suerte», porque «siempre que he pinchado había una tienda de bicis cerca».

Ahora se encuentra al final de su camino. Apenas cuatro días para llegar a destino. Cruzará la provincia de León de sur a norte para adentrarse en tierras asturianas hasta llegar el domingo a su Oviedo natal, de donde partió.

Ayer hizo fin de etapa y parada en Valderas, de donde es su padre. Fue recibido por numerosos vecinos con el alcalde, Pedro Guerra, a la cabeza. Banderas, globos y aplausos; y muchos besos y abrazos. Y hasta alguna lágrima de emoción. Entró con su bici por la puerta del Seminario, sede del Ayuntamiento, por el mismo lugar que siglos atrás cruzó Napoléon. Mayor simbolismo imposible.

Después de recorrer el mundo, asegura que llegó un momento que le daba igual donde estuviera porque logró encontrarse a sí mismo y disfrutar de cada lugar. Al mismo tiempo confiesa que, tras la vuelta al planeta, «me gustaría conocer muchos sitios de España que no conozco, bien en bicicleta o bien como turista».

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