Utilizan fotografías antiguas para evaluar el daño «irreversible» en los cielos abiertos
La ULE elabora modelos digitales para ver la evolución del suelo en el Feixolín, Nueva Julia y Santa Lucía tras su restauración
Gracias a la aplicación de técnicas fotogramétricas con fotogramas históricos es posible la reconstrucción de las minas a cielo abierto en la provincia de León, aunque en la mayor parte de los casos los daños son irreversibles. Esta es una de las principales conclusiones de una de las ponencias presentadas ayer en el marco del XV Congreso Internacional de Energía y Recursos Minerales que se celebra esto días en la capital leonesa y que se clausura hoy.
Un estudio del departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de León, firmado por Sergio Alberto Peña Pérez, Amelia Gómez Villar y Rosa Blanca González Gutiérrez, ha elaborado modelos digitales de superficie y ortofotografías, para tres minas en la provincia de León, El Feixolín, Nueva Julia —Carrasconte— y Santa Lucía, en Laciana y Babia, mediante fotogramas históricos desde 1946 hasta 2023 para comprobar los cambios que han sufrido las áreas afectadas por este tipo de explotaciones. «Las ortofotografías muestran la eliminación de la vegetación durante la actividad minera y una lenta recuperación tras las restauraciones», afirman.
A modo de conclusión, la ponencia avanza que «los cambios en el paisaje que ha producido la minería a cielo abierto son siempre irreversibles».
Conclusión
En estos casos concretos de estudio en León, con explotaciones ubicadas en zonas de montaña los expertos afirman que «las tareas para una restauración total son inviables a nivel económico, aunque, las restauraciones pretenden integrar las explotaciones con el entorno de la manera más viable, tanto en el aspecto técnico como el económico».
Hasta mediados de la década de los 80, el único objetivo de la minería a cielo abierto del carbón era la obtención del máximo beneficio, sin plantearse la restauración del medio, afirma el estudio, que sigue asegurando que no fue hasta 1984 cuando las administraciones públicas redactaron una serie de normas, no solo para exigir planes de restauración, sino para conseguir un aprovechamiento más sostenible de este minera.
Desde los comienzos de este tipo de explotaciones, las restauraciones de los espacios afectados han estado rodeadas de grandes polémicas, ya no solo por los costes inasumibles para las empresas, sino también por la dificultad de la reconstrucción de las zonas montañosas donde se ubican la gran mayoría de estas minas. «Estas rehabilitaciones de espacios mineros se deberían realizar desde un punto de vista ecológico, centrando la planificación y el diseño de la restauración en la integración con el paisaje existente en los alrededores de las explotaciones», dice el estudio. Tras las recientes restauraciones, los expertos no han observado aún una evolución clara de la vegetación, a excepción de la colonización de pastos y algunas especies de matorrales. Otro aspecto muy característico es la aparición de lagunas, las cuales son mantenidas tras las restauraciones debido a que ayudan a integrar y naturalizar el paisaje.
Clausura hoy
El congreso, que comenzó el miércoles con la presencia de cerca de 50 empresas del sector, llega hoy a su fin, después de tres días de ponencias y mesas redondas.
El consejero de Economía y Hacienda y portavoz, Carlos Fernández Carriedo, participará hoy en la clausura del congreso.