La sequía y los precios del cereal diezman las ganancias del campo leonés en 2023

El campo leonés cerró un 2023 “malo” marcado por la sequía y por la caída del precio del cereal, especialmente del maíz, el principal cultivo de la provincia. La renta empresarial agraria por profesional ocupado cayó un 3,49% respecto a 2022, situándose en los 19.950 euros. Así se desprende de los datos facilitados esta mañana por la organización agraria Asaja en su informe anual.

El 2023, según explicó el presidente de Asaja León, Arsenio García Vidal, fue la primera campaña de la nueva PAC 2023-2027, con todas las dificultades que ello supuso. “Una PAC en poco nos beneficia, en la que León somos la provincia más perjudicada”, ya que dependemos mucho del maíz y limita su siembra por la obligatoriedad de la rotación de cultivos.

Además García recordó que fue un año de elecciones a cámaras agrarias donde Asaja volvió a ganar por amplia mayoría, “un orgullo para nosotros”.

De todos modos, el presidente de la organización agraria subrayo que el 2023 fue un año “muy malo. Empezó bien pero en abril y mayo llegó la sequía y los cultivos de secano se desplomaron. Fue un desastre. Tampoco hubo buenos forrajes y también se vieron afectadas algunas zonas de regadío no modernizado. Además los precios del cereal, especialmente del maíz, se desplomaron”. Como dato positivo, que en la ganadería, el 2023, fue un ejercicio “más o menos normal”.

Por su parte el secretario general de Asaja, José Antonio Turrado, recordó que el 2023 fue segundo año de sequía, una sequía que se trasladó también a los pastos, aunque bien es verdad que en otoño “remontó para bien”. Empezó a llover en septiembre y no paró hasta final de año; además no heló ni nevó, lo que supuso que los pastos se recuperasen.

De todos modos, Turrado recalcó que “la espina que tenemos clavada en 2023 es el maíz, que es el principal cultivo de la provincia. Aunque fue bueno en producción, el desplome de los precios” lo estropeó.

Como datos positivos, fue un año bueno en fruta. También es de destacar el importante crecimiento en las siembras de remolacha hasta las 7.000 hectáreas, lo que sitúan a la provincia de León como líder a nivel nacional. En el sector de la leche también fue bien, tanto en vacuno como en ovino y caprino.

Respecto a la ganadería extensiva, “la mejor noticia es que las enfermedades como la EHE, la lengua azul y la tuberculosis cogieron a la provincia de refilón”.

Asaja destaca, especialmente, la caída de los precios en dos sectores muy importantes para la provincia como son los cereales, con el maíz a la cabeza, y las oleaginosas. “Aunque los insumos también han bajado, el descenso no ha ido acorde con de los precios de los productos. Y por ahí se ha ido buena parte de la renta” de los agricultores.

Turrado también se refirió a las solicitudes de 152 jóvenes para incorporarse al sector agrario, de las que 63 fueron presentadas por Asaja. “Nos parece un dato razonable. Creemos que con la incorporación de entre 80 y 100 jóvenes al año al campo leonés es suficiente porque no da para más”. En este sentido, comentó que el objetivo sería aumentar el tamaño de las explotaciones, que en la provincia de León son pequeñas respecto a otras zonas. Aunque eso supondría echar a profesionales del sector y eso no lo queremos. La única forma se seguir convirtiendo más secanos en regadío”.

815 millones de facturación, un 4% menos

La producción agraria del campo leonés en 2023 alcanzó los 853 millones de euros, con el maíz claramente a la cabeza con 201 millones, seguido de la leche de vacuno (124,8 millones), los forrajes (55,3), el cereal de invierno (51,7), el porcino (41,9), la avicultura de engorde (41,8), la carne de vacuno (38,9), la remolacha (35) y el vacuno de cebo (28).

A ello hay que descontarle los productos que se reutilizan en las propias explotaciones (abonos, semillas, forrajes en explotaciones mixtas…) y que, por lo tanto, no salen al mercado. El valor de todos estos productos ascendió a 38,1 millones.

Todo ello da como resultado que el campo leonés facturase en el 2023 un total de 815 millones de euros. Una cifra inferior en un 4% a la de la campaña de 2022, que fue de récord, con 933 millones.

Renta agraria

Según los datos facilitados por Asaja, la renta agraria de 2022 ya fue un 14% inferior a la de 2021. Y el 2023, lejos de recuperarse, ha continuado descendiendo, con una ciada del 2,96%. Y no ha sido mayor gracias a un incremento en las ayudas excepcionales por la sequía y la guerra de Ucrania y por las indemnizaciones de los seguros agrarios.

De todos modos, el dato más relevante, más que la ‘renta agraria’, es la ‘renta empresarial agraria’ que refleja el beneficio real que obtiene el agricultor o ganadero, de media, en un año agrícola y esta se situó en 2023 en 19.950 euros, un 3,49% menor que en 2022 que alcanzó los 20.636 euros.

Si se hacen estos mismos cálculos con la Renta Agraria, en vez de con la Renta Empresarial Agraria, se obtiene la rente agraria media por UTA (Unidad de Trabajo Agrario: el trabajo efectuado por una persona dedicada a tiempo completo durante un año a la actividad agraria) de 29.979 euros, frente a los 32.570 de la campaña anterior.

Retos para 2024

Finalmente, Asaja valoró los retos para este año 2024 que van porque suban los precios de los productos, especialmente de los cereales, en los mercados internacionales; la revisión de la PAC que permita las siembras de maíz; la gestión del lobo; el inicio de las modernizaciones regadíos cuyas obras ya están adjudicadas y nuevos compromisos de modernización; la declaración de utilidad pública y ocupación urgente de la concentración parcelaria de Grajal y Escobar de Campos; la publicación del proyecto de concentración del Páramo Bajo Secano; el inicio de los trámites de las de las tierras comprendidas entre el Cea y el Valderaduey entre Sahagún y Almanza; y la superficie de secano entre la carretera León-Benavente y la autovía León-Benavente desde Villamañán hasta el límite con la provincia de Zamora; el que se pueda llegar a las 10.000 hectáreas de remolacha “porque creemos que se puede llegar a ello”; el avance en la investigación para el control de las enfermedades animales; y la bajada de los tipos de interés para que los agricultores puedan realizar inversiones.