Así arrestó la Guardia Civil a los tripulantes de la narcolancha que mató a dos agentes en Barbate
Las fuerzas de seguridad desplegaron un amplio dispositivo por tierra, mar y aire para arrestar a los asesinos de sus compañeros Barbate
El paseo marítimo de Barbate amaneció el sábado como una extensión de la playa del Carmen. La arena se acumulaba sobre las baldosas y llegaba hasta la carretera, lo que da una idea de la magnitud del temporal y la fuerza del oleaje, que la noche anterior engulló la zona de baño más próxima al puerto pesquero.
En esas condiciones, con olas de varios metros, un mar embravecido y sin apenas visibilidad, seis narcotraficantes salieron de la bocana y emprendieron una huida kamikaze para evitar la cárcel. Un agente lo explica de forma gráfica: "Es como tirarte de cabeza a un huracán con tal de escapar. Imagínate si eran conscientes de lo que habían hecho".
Esa noche, la del viernes 9 de febrero, los seis hombres cambiaron la condición de narcotraficantes por la de supuestos asesinos. La investigación tendrá que determinar quién de ellos pilotaba la goma que arrolló a los cuatro guardias civiles, que trataban de espantarlos en una semirrígida mucho más pequeña, la que utiliza el GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) en sus rescates.
Como se observa en los vídeos grabados y compartidos en redes sociales, los agentes realizaron varios avisos -incluso, algunos disparos al aire- para frenar a los narcos, que se habían fondeado dentro del puerto de Barbate amarrados a unas boyas para refugiarse del temporal. La embarcación del GEAS, con cuatro guardias civiles a bordo, se cruzó delante de la narcolancha, que no modificó el rumbo y les pasó por encima.
En la semirrígida de la Guardia Civil iban dos agentes del GEAS y otros dos del Grupo de Acción Rápida (GAR), antes grupo antiterrorista rural. Miguel Ángel, 39 años, especialistas del GEAS, y David, de 43, del GAR, murieron como consecuencia del impacto. Sus dos compañeros resultaron heridos de gravedad. Uno de ellos tiene un brazo destrozado y no se descarta que pueda perderlo.
La narcolancha que los arrolló pasó a convertirse en objetivo prioritario para toda la Guardia Civil de Cádiz y de las provincias limítrofes. Los agentes del Centro Operativo de Servicios (COS), que controlan el Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE), los ojos de la Benemérita en el mar, no tardaron en localizar el eco en el radar en una costa sin apenas movimiento por el oleaje.
El COS del Instituto Armado monitorizó la ruta de la embarcación, que navegó rumbo a levante, probablemente buscando un litoral conocido. En la zona de Sotogrande tocaron tierra por primera vez para dejar a la mitad de los tripulantes, seguramente para ahorrar combustible y tratar de despistar a los investigadores. Pero la Guardia Civil los estaba esperando y les cayó encima sin que pudieran reaccionar. Allí arrestaron a tres tripulantes de la embarcación y a otros dos hombres que fueron en coche a recogerlos.
Faltaban otros tres. La narcolancha volvió a ser un eco errante en el radar del SIVE. Tras navegar durante un tiempo, se fondeó en una cala buscando refugio frente al temporal. Ante el riesgo de quedarse sin combustible y a merced del oleaje, lo que habría sido una muerte segura, decidieron jugársela en la zona de La Alcaidesa, en La Línea de la Concepción, donde encallaron la embarcación para intentar huir por tierra. No lo lograron. Los tres fugitivos fueron detenidos allí mismo.
Fuentes cercanas al caso confirmaron que los ocho arrestados son originarios del Campo de Gibraltar y no de Barbate, como sostenían los vecinos del municipio, que ahora ocupa los titulares de las noticias por este episodio inédito en la lucha contra el narcotráfico. "Estábamos acostumbrados a las embestidas porque tenían instrucciones de defender la mercancía, pero esto.", reflexiona un agente.