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La madre detenida en Zaragoza por la muerte de su bebé es de Astorga y está otra vez embarazada

El departamento de Homicidios de la Policía Nacional investiga el caso de la muerte del niño de ocho meses y la posible participación de su madre

Tatiana Diguele y su bebé, ahora fallecido.DL

Publicado por
León

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La Asociación SOS Desaparecidos de Aragón alertaba este sábado de la desaparición de la astorgana Tatiana Diguele Nuñez, de 31 años, de 1,73 de altura, complexión delgada y pelo negro, así como de su hijo, Juan Carlos Sandú Diguele, de ocho meses, 0,5 metros, pelo y ojos negros y un eccema en la frente, se encontraban en paradero desconocido.

La Policía Nacional informaba horas después de que se había procedido a la detención de la madre del bebé de ocho meses desaparecido en Zaragoza, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado este domingo en un parque del entorno del CaixaForum, en la zona de Delicias.

La astorgana se encuentra en dependencias policiales, según han indicado desde la Jefatura Superior de Policía de Aragón.

El cadáver del bebé de ocho meses fue hallado este domingo en un parque junto a un banco.EFE

La Asociación SOS Desaparecidos de Aragón había emitido una alerta sobre la desaparición de ésta y de su hijo, J.C.S.D., de ocho meses, este sábado, puesto que no se sabía nada de ellos desde el viernes, 23 de febrero.

La investigación de las causas del suceso está bajo secreto de sumario, a cargo del Grupo de Homicidios y Desaparecidos.

La discreción está siendo extrema en la investigación llevada a cabo por parte de la Policía Nacional, que pretende esclarecer los grandes interrogantes de este drama. Fuentes consultadas por Heraldo de Aragón han confirmado que Tatiana Diguele Núñez está otra vez embarazada. Además, ya perdió a otro hijo de corta edad hace algún tiempo.

Según el mismo periódico, la mujer mantiene una relación con un hombre de nacionalidad rumana, padre biológico del bebé fallecido. La  madre y el bebé desaparecieron pasado viernes, 23 de febrero, de su domicilio en la capital aragonesa, donde llevaban viviendo un tiempo. Cuando se percató de la ausencia de ambos, el hombre acudió a comisaría a interponer una denuncia y a apresurar a los agentes para buscar a Tatiana y al bebé, dado que les informó sobre su estado depresivo, que podría tener que ver con su temprano nuevo embarazo. 

Las circunstancias aceleraron la investigación. Tanto es así, que ese mismo día solicitaron una autorización judicial para poder pinchar el teléfono móvil de la mujer. El objetivo era rastrear sus movimientos a través del geoposicionamiento del terminal.

Los esfuerzos resultaron infructuosos, de ahí que todos los involucrados en las pesquisas recibieran este domingo la noticia del hallazgo del cadáver como un duro golpe.

Si se confirma su participación en la muerte del pequeño Juan Carlos, a su madre se le imputaría al menos un delito de homicidio con la agravante de parentesco, pero a este se podría sumar el de secuestro de menores. Tatiana no pasó este domingo a disposición judicial, ya que los investigadores aguardarán por lo menos a conocer los resultados de la autopsia, que practicarán dos forenses este lunes por la mañana, para dejarla en manos del juez. 

Una de las principales incógnitas es cómo ha muerto el niño, al que se localizó sobre las 10.00 horas de este domingo.

Grupo de Homicidios seguirán practicando pruebas de cara a resolver el caso. Para empezar, solicitarán las grabaciones de las cámaras instaladas cerca del lugar donde se halló el cadáver del pequeño. La más próxima se encuentra a escasos diez metros, pero hay una segunda en pleno parque. Si estaban operativas, deberían ser útiles en la reconstrucción de los hechos.

Los investigadores y los forenses tendrán que aclarar si la muerte del bebé se produjo en el mismo lugar donde se encontró el cuerpo o simplemente fue abandonado allí, aunque parece más probable la segunda opción. Según ha podido confirmar este diario, fue el padre del menor quien presentó la denuncia por la desaparición de este y su madre. Lo hizo bastante rápido, ya que tenía miedo de que la marcha de su compañera y el niño acabara mal. Y, desgraciadamente, así ha sido.