Miles de agricultores claman en Madrid: «Que nos dejen vivir en paz»

El campo volvió ayer a tomar las calles en su cuarta semana de protestas, coincidiendo con la celebración del consejo europeo de agricultura en el que el ministro Luis Planas exigió a Bruselas mayor «contundencia» para dar una respuesta común a las reivindicaciones del sector. Tras el rotundo éxito que Unión de Uniones cosechó el pasado miércoles colapsando las calles de Madrid, las movilizaciones de ayer se concentraron de nuevo en la capital, esta vez convocadas por las organizaciones profesionales que actualmente mantienen interlocución con el Gobierno: Asaja, Coag y UPA.

En total, unos 100 tractores y más de 5.000 agricultores y ganaderos a pie, según la Delegación de Gobierno —30.000 según los organizadores— iniciaron a mediodía su marcha desde el Ministerio de Agricultura, situado en las proximidades de Atocha, hasta la sede de la Oficina de la Comisión Europea, ubicada en el número 46 del céntrico Paseo de la Castellana. «Hoy había que estar aquí; no puede ser que la política agraria comunitaria que se creó para garantizar la alimentación de los ciudadanos a unos precios asequibles sea precisamente la que está expulsando a agricultores y ganaderos del campo», criticó Lorenzo Ramos, secretario general de UPA al inicio de la concentración. Por su parte, Miguel Padilla, secretario general de Coag, insistió durante la marcha en que la UE tiene que dar «un giro completo a la PAC», que hasta ahora se ha llevado a cabo —según denunció— «a espaldas del sector».

Bajo el lema El campo exige apoyo, respeto y reconocimiento , los trabajadores del campo —a los que esta vez se sumaron también los pescadores— exigieron a Europa acabar con la competencia desleal de terceros y minimizar la enorme carga burocrática y los costes que implican las políticas medioambientales. «Necesitamos un plan de choque, con un sistema de seguros acorde a la producción y a la rentabilidad del campo», añaden desde el sector, donde no solo reclaman medidas a Bruselas, también al Gobierno central y a las comunidades autónomas. «La situación de los jóvenes es muy preocupante y en solo diez años seis de cada diez agricultores se habrán jubilado... No se dan facilidades para ese acceso de los jóvenes al campo y los fondos de inversión serán los que acaparen las tierras en poco tiempo», advierten. El coordinador de Asaja, Pedro Barato, también recalcó riesgos como el elevado coste de medidas tomadas por el Ejecutivo, como el alza del salario mínimo interprofesional (SMI), así como la escasa inversión en infraestructuras.

«Hay que dar la vuelta a la PAC porque lo único que están consiguiendo es acabar de forma silenciosa con el campo», insistió Barato. «El que mejor sabe cómo hay que rotar los cultivos no es quien está en un despacho en Bruselas, sino el agricultor. Que nos dejen vivir en paz», insistió durante la manifestación, que se desarrolló sin incidentes salvo al final de la misma, cuando un grupo de agricultores ajenos a las organizaciones agrarias convocantes quemaron carteles y muñecos con la imagen del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del ministro Planas.