De Pobladura de Pelayo García a Sahagún
Es difícil, por no decir imposible, encontrar algún pueblo de la provincia en el que muchos de sus vecinos no tengan gallineros. Es el caso de César Segurado, de Pobladura de Pelayo García, que cuenta con un corral con gallinas ponedoras, pollos de engorde, conejos, pavos y hasta una cabra con su cabrito. Lo registró hace apenas unas semanas. Asegura que el trámite fue sencillo, gratuito y rápido. «Tuve que pedir un pequeño informe al Ayuntamiento que básicamente decía que no molestaba a los vecinos y luego ir a Extensión Agraria a Santa María del Páramo, dar los datos de ubicación del corral, los animales que iba a tener y poco más. Y en quince días me confirmaron el registro», señala.
Por su parte, Tina Pérez tiene un gallinero en Sahagún del que dice que ayuda a la alimentación de la familia. «Evitamos ir al súper». De todos modos se muestra cansada de «tanta normativa. No sé dónde vamos a llegar. Primero las vacas, ahora las gallinas, lo siguiente quién sabe».
De opinión similar es Cristian Parra, de Villalmán, quien defiende que los núcleos rurales deberían tener algún tipo de discriminación positiva en materia de regulación, burocracia y carga impositiva. | A.M/A.C.