La vida del agua en el Bajo Bierzo
La Mancomunidad que gestiona una de las plantas depuradoras más modernas del país está centrada en mejorar la eficiencia de las instalaciones
La Mancomunidad Municipal para el Tratamiento de las Aguas Residuales del Bajo Bierzo tiene un reto fundamental, que el agua utilizada en los hogares, la industria y el comercio vuelva al río en las mejores condiciones. Ello se consigue a partir de una red de alcantarillado desde la que el agua, impulsada mediante las estaciones de bombeo, llega hasta la Estación Depuradora de Aguas Residuales (Edar) de Villadepalos, que una de las plantas más modernas que funcionan en España, diseñada para tratar las aguas residuales de 132.381 habitantes.
Las aguas residuales que llegan a la Edar —da servicio a 18 poblaciones de los municipios de Ponferrada, Carracedelo, Cubillos del Sil, Camponaraya y Cacabelos— tienen un tiempo de permanencia en la planta de aproximadamente 24 horas, durante las que pasan por diferentes y complejos procesos para limpiarlas de grasas, detergentes, residuos industriales y sustancias tóxicas.
En todo ese proceso de tratamiento del agua para alargar su ciclo vital es fundamental mejorar la eficiencia energética y a ello se han destinado las últimas inversiones realizadas y se destinarán las previstas, ya que el consumo de energía eléctrica supone un 35% de los costes de explotación de la Edar.
La instalación de un nuevo turbosoplante de 121.000 euros que permite un ahorro del 10% en el consumo de energía total de la planta ha sido una de las inversiones más importantes, como la que actualmente está en ejecución, por 350.000 euros, para la instalación de placas solares. «Significa un ahorro del 13% del consumo total», subrayaron fuentes de la Mancomunidad, que en la gestión del agua va de la mano de F.C.C. Aqualia S. A.
Entre las inversiones previstas está la segunda fase de la instalación de placas solares (700.000 euros) y la implantación de medidores de caudal en las instalaciones de entrada del agua en los colectores. «Supondrá un mayor control sobre el agua residual, ya que los elevados volúmenes que se tienen constituyen el principal problema que posee la explotación», explicaron desde la Mancomunidad. Además, se invertirán 585.000 euros en los caudalímetros.