Inversión para garantizar las cosechas

El presidente de Ferduero, Eloy Bailez, denuncia que la actual política del Gobierno a través del Miteco y de la Confederación Hidrográfica provoca un déficit en la regulación de la cuenca del Duero peligrosa para la producción agrícola del Páramo Bajo. Añade que si no se ponen en marcha cuanto antes las obras de la balsa de los Morales su ejecución podría caducar. Hay que recordar que hace ya más de un año que el ministerio de Teresa Ribera licitaba, a través de la Dirección General del Agua, la redacción del proyecto de las presas de La Rial y Los Morales, por casi 2 millones de euros, para que estuviera listo en doce meses. En el PHD, se incluía la financiación para cada una de las presas, que ascendería a 29 millones de euros para La Rial y a 34 millones para Los Morales.

Pero... «No hacen nada por el regadío», lamenta al tiempo que exige que se inicien cuanto antes los proyectos de las balsas de La Rial y Los Morales, que ya tienen aprobado el estudio de impacto ambiental, así como el de Las Cuezas, en trámite de información pública. «Ahora mismo el Bajo Duero es un sistema deficitario», explica y reivindica que las cosechas están limitadas. «Harían falta 6.000 metros cúbicos de agua al año», destaca.

Eloy Bailez pide al Ministerio de Transición Ecológica que se implique porque «el esfuerzo inversor del agricultor es innegable». «No lo hace ni Confederación, ni la directora general del agua, ni Hugo Morán ni, por supuesto, la vicepresidenta, a la que sólo parece importarle que el caudal llegue al mar», dice. Añade además que Teresa Ribera se niega a hablar de regulación porque tiene esa palabra «vetada». «Ahora dejamos que los ríos fluyan pero luego construimos desaladoras que contaminan», denuncia.

Y es que la Comunidad de Regantes del Páramo Bajo ha hecho ingentes esfuerzos inversores en la modernización y digitalización de sus explotaciones, precisamente para el ahorro y un uso más eficiente del agua. Por ello exigen que este recurso, el agua, debe estar garantizado, en lugar de primar dudosas corrientes ideológicas.

Hoy la Comunidad de Regantes del Páramo Bajo es un ejemplo de apuesta por la sostenibilidad. Pero al camino ha sido largo y no exento de obstáculos externos e internos. El primero, convencer a los propios regantes para acometer la modernización allá a principios del siglo XXI. Ser pioneros no siempre es fácil. Hacen falta muchas dosis de valentía para hipotecar toda una vida sin saber a ciencia cierta cuál sería el resultado final. Y las gentes de este sur de la provincia lo hicieron. El mismo desarrollo de las obras tampoco fue un camino de rosas. Incluso hoy están peleando con el Estado para que se haga cargo de unas infraestructuras con gravísimas deficiencias que se ponen de manifiesto en los numerosos reventones que se producen en el canal. La Comunidad de Regantes del Páramo Bajo de León y Zamora agrupa en su seno 24.000 hectáreas, todas modernizadas.