La indiscutible reina de todas las fiestas

León es tierra de ferias. La amplia variedad que ofrece la provincia se ve reflejada en las numerosas celebraciones populares en las que los territorios tratan de poner en valor sus recursos más preciados, y en los que buscan atraer la atención de un público deseoso de ‘feriar’ y de conocer las peculiaridades de cada pueblo a través de lo que ofrecen.

Las ferias y mercados son un auténtico atractivo para las localidades en las que se celebran, tanto por su potencial para atraer visitantes como desde el punto de vista del ocio, la cultura, las tradiciones y la economía. Muchas localidades del medio rural

de la provincia fijan en ellas muchos de sus esfuerzos por su importancia tanto social como económica para los negocios locales.

En León son 90 las ferias previstas a lo largo del año, según figura en el calendario oficial de la Junta de Castilla y León, donde la provincia es la que más celebraciones tiene de toda la comunidad. Las hay de todo tipo, pero son las agroalimentarias las que, con 36 eventos, copan la mayor parte del calendario. Les siguen las de artesanía, con once celebraciones, las ganaderas, con diez, las de muestras, con nueve, las medievales o históricas, con seis, las relacionadas con el ocio y tiempo libre, con siete, las literarias con cuatro, y de temáticas variadas con seis.

La incansable despensa de León inspira muchas de estas ferias, auténticos motores económicos para sus habitantes. Es el caso del Tomate de Mansilla, del ajo de Santa Marina del Rey y del Vegueillina, el puerro de Sahagún, la huerta de Velilla de Reina, los embutidos de Astorga y La Bañeza, los quesos de Valencia de Don Juan, el vino de Pajares de los Oteros, la cerveza en Carrizo, el pimiento en Fresno y en Carracedelo o la cecina de Chivo de Vegacervera.

Gran importancia tienen también las de artesanía, como la Cuadros, que atraen a cientos de visitantes, lo mismo que las recreaciones históricas, como la de Hospital de Órbigo o la de Villadangos, capaces de congregar a un numeroso público, deseos de conocer las hazañas de nuestros antepasados.

Pero si por algo ha destacado la provincia a lo largo de los años es por la importancia de su ganadería, y aunque bien es cierto que el carácter transaccional que en tiempos pasados tenían estos eventos, donde se las gentes de otros pueblos iban de feria en feria en busca de los mejores ejemplares, ahora su razón de ser es la exposición de una cabaña ganadera que sigue siendo el sustento y el orgullo de la gran parte de las zonas rurales de la provincia. Es el caso de la Feria de San Martín de Mansilla de las Mulas, la de San Emiliano, la de Gradefes o la de Puebla de Lillo.

La provincia se va de feria.