Fresno se tiñe de rojo a final de septiembre

Cada último fin de semana de septiembre la localidad de Fresno de la Vega se convierte en un hervidero de gente. Es la Feria del Pimiento Morrón, declarada de Interés Turístico Provincial, que este año celebrará su 39 edición.

Cerca de cuatro décadas hace ya, pues, que esta villa bañada por las aguas del Esla viene celebrando uno de los eventos más multitudinarios de la provincia. Miles de personas llegadas de todos los puntos de la geografía leonesa y también muchos de Asturias, desde donde se organizan viajes en autobús, específicamente, para acudir a este feria. Todos ellos ávidos por comprar el pimiento morrón, esa joya alimenticia y gastronómica que aquí es un auténtico manjar.

El Pimiento Morrón de Fresno-Benavente goza de la distinción de Indicación Geográfica Protegida (IGP), lo que garantiza sus cualidades y calidad.

Su versatilidad ha despertado en los últimos años un muy creciente interés por los más afamados chefs y público en general. No está de más recordar que se puede comer en fresco, sin más elaboración que un aliño o un aderezo. Pero también frito, guisado, en conserva, entrecallado, como base de guisos e infinidad de platos, relleno, confitado e, incluso, como mermelada o postre. Pocos productos tan sencillos y humildes son capaces de ofrecer más por tan poco. Y además, es sumamente sano.

La feria de Fresno de la Vega tiene, pues, al pimiento como gran protagonista. Pero en la muestra se dan cita otra gran variedad de los excelentes productos de su fructífera huerta, con venta directa desde el agricultor al consumidor final. Sin intermediarios. Producto de ‘kilómetro cero’, eso que ahora están en boga y es tan demandado por una sociedad cada vez más preocupada por el medioambiente y los productos de proximidad.

La feria tiene como principal objetivo ese, el de promocionar el pimiento y, en general, los productos de la huerta de Fresno de la Vega, donde sus hortelanos venden gran parte de su producción.