Diario de León

El urogallo cantábrico necesita un rescate genético para sobrevivir, según el CSIC

Los expertos apuntan que la endogamia y la depresión genética amenazan la especie

FSC ESPAÑA - Archivo

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EP

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La población de urogallo de la cordillera cantábrica ha encadenado décadas de un declive que parece «imparable» y hoy se encuentra en peligro «crítico de extinción». Un equipo de la Estación Biológica de Doñana - CSIC acaba de publicar un artículo en la revista Evolutionary Applications que indica que la población podría estar «envuelta en una espiral de extinción relacionada con la endogamia y la depresión genética». En situaciones similares, el centro de investigación ha explicado en un comunicado que hay ejemplos «exitosos de rescates genéticos», en los que la introducción de individuos de otras poblaciones «alivia los efectos negativos de la endogamia».

Sin embargo, el urogallo cantábrico se ha considerado una subespecie única (Tetrao urogallus cantabricus), por lo que no se ha valorado la posibilidad de mezcla con otras poblaciones. «Hoy se sabe», han destacado, que esa clasificación «no tiene base científica» y el artículo sugiere que la pretendida exclusividad del urogallo cantábrico «ha sido una trampa para su conservación».

El urogallo habita los inmensos bosques de la taiga euroasiática, además de algunos enclaves aislados en zonas montañosas de Europa. Muchas de estas poblaciones montanas fueron descritas a lo largo del siglo XX como subespecies, hasta doce de ellas. La última en describirse, en la década de los 1960, fue la subespecie cantábrica.

La definición de las subespecies nunca fue «robusta», y hoy se sabe «con seguridad» que las subespecies de urogallo en general, y la cantábrica en particular, «no tienen soporte científico». La proliferación de subespecies de urogallo es «un ejemplo de inflación taxonómica», es decir, se han descrito unidades taxonómicas (en este caso, subespecies) que «no merecerían ese estatus».

En general, el estado de conservación de las poblaciones montanas de urogallo es «muy pobre», especialmente la del urogallo cantábrico. Se cree que antes del siglo XX el territorio cantábrico ocupado por el urogallo, sería de unos 30.000 kilómetros cuadrados, que se habría reducido a 10.000 km2 a principios de los 1970s, y a apenas 1000 km2 en la actualidad. Entre 1978 y 2019 el número de urogallos del oeste cantábrico, su último refugio, se ha reducido en al menos un 90%. La población cantábrica de urogallo se considera, al igual que la pirenaica, en peligro crítico de extinción.

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