Los controles del visón americano no logran frenar la ya imparable extinción del europeo
En la provincia se capturaron el año pasado 114 ejemplares de este invasor, que amenaza a otras cuarenta especies
En León se han evaporado todas las esperanzas de recuperar la población de visón europeo que hace décadas poblaba las riberas de los ríos de la provincia. Las únicas poblaciones que tímidamente sobreviven en la Comunidad se concentran a orillas del Ebro a su paso por Burgos y en determinados puntos de Soria, donde la Junta ha centrado todos sus esfuerzos por recuperar al que ya se considera el carnívoro más amenazado de Europa. Según datos aportados hace escasas semanas por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco), la población de visón europeo, declarada en 2018 en España como en situación crítica, se estima en 142 ejemplares, con un rango de entre 130-157 individuos en todo el país.
España ostenta una gran responsabilidad en la conservación de esta especie a nivel global, ya que sólo sobreviven tres subpoblaciones en el mundo. En concreto, en el noroeste de Europa (Rusia, en zonas muy limitadas y una población reintroducida en la isla de Hiiuma, en Estonia); en el sureste del continente europeo (deltas del Danubio y del Dniéster, en Rumanía y Ucrania); y en Europa occidental (norte de España y suroccidente de Francia). Para todas ellas, se ha estimado una reducción del área de distribución superior al 95% desde mediados del siglo XIX.
La Junta de Castilla y León se ha volcado en los último cinco años con la recuperación de la especia en la que se ha invertido más de 760.000 euros en trabajos de control de visón americano, principal competidos del europeo y responsable de su precipitada decadencia poblacional, y de seguimiento de las poblaciones que quedan del visón europeo, reforzando el trabajo de los agentes forestales y celadores mediante la compra de nuevas plataformas flotantes para los trabajos de trampeo como reforzando mediante asistencias técnicas externas los trabajos de los propios.
En el caso concreto de León, según datos de la delegación territorial, las comarcas disponen de material para la captura y sacrificio del vison americano, un trabajo que se realiza del 1 de noviembre al 31 de marzo, coincidiendo con el periodo de celo y la escasez de comida, lo que les obliga a moverse más y es más fácil su captura.
Para su captura se colocan trampas por toda la provincia, lo que permitió que en el año 2023 se realizaran un total de 114 capturas de visones americanos.
El sacrificio se realiza con CO2 o con pistola (una pistola especial para estos casos), siempre bajo supervisión de profesionales.
Esto significa que se avanza para minimizar los daños de este voraz carnívoro que, pese a su aspecto entrañable, es de los depredadores más perjudiciales para el medio natural, y supone una seria amenaza para un total de cuarenta especies, muchas de ellas en peligro de extinción, como es el caso del desmán ibérico.
Cualquier ecosistema húmedo que tenga vida animal es un buen lugar para el potencial colonizador del visón americano, que atenta contra pájaros, anfibios, roedores y peces de todo tipo.
Proliferación de granjas
El problema con el visón americano en la provincia se remonta a los años cincuenta, cuando se escaparon de la granja del Espinar, en Segovia, —la más grande de España destinada al negocio peletero—, los primeros ejemplares. Rápidamente, se reprodujeron y diez años más tarde se hablaba del millar de visones en la comunidad. Fue en los años setenta cuando los guardas medioambientales y los propios pescadores dieron la voz de alarman sobre la presencia y las consecuencias de este voraz animal en los ríos de la provincia.
Al escape del Espinar, continuaron otros dos en Soria y en Galicia, en esta ocasión por la acción de grupos ecologistas, que tuvieron unas consecuencias nefastas en el medio natural ya que favorecieron su reproducción y su ocupación en todo el noroeste.
A finales de los años setenta hay en España una proliferación de granjas de visones, por el elevado precio que tenía la piel en el mercado.
Los conservacionistas consideran que hasta que no se cierren las granjas de cría no se erradicará esta especie.