Convivencia vecinal en la cabrera
El trabajo comunal transforma Viforcos en un vergel
Los vecinos de Truchas, Encinedo y Castrillo de Cabrera recuperan el santuario de Ambasaguas y su entorno a lo largo de varios años
Un modelo de vecindad y convivencia productiva en favor del común. A lo largo de varios años, el trabajo comunal y voluntario ha transformado en un vergel el lugar montaraz donde se asienta el Santuario de la Virgen de Viforcos. Un pequeño y recogido valle en la localidad cabreiresa de Ambasaguas, que antes se encontraba seco y sin arboledas.
Con la emigración, en los años 60 del pasado siglo se inició un declive que hizo que desapareciera la tradicional romería y se produjera un considerable deterioro del santuario que alberga una preciosa talla románica de la Virgen con el niño, datada en el siglo XII. Fue en el año 2012 cuando un grupo de devotos, con la colaboración de vecinos de los ayuntamientos de Encinedo, Truchas y Castrillo de Cabrera, emprendió la tarea de restaurar el templo y volver a celebrar la fiesta. Lo primero y más urgente fue limpiar el retablo, restaurar la cúpula, la cubierta del atrio, el tejado y el artesonado, para continuar, paulatinamente, con el embellecimiento de los alrededores. Se repararon humedades, se enfoscaron las paredes, se hizo el coro, se construyeron baños y un velorio exterior, para que el humo de las velas no dañara el retablo, se habilitaron un depósito de 45.000 litros de agua, el riego por aspersión y un aparcamiento, se instalaron bancos y mesas de pizarra, y se plantaron 2.000 árboles de especies autóctonas de Cabrera: nogales, robles, castaños, chopos, abedules… Las obras continuarán, entre otras cosas, con la construcción de un puente.
Previsiones
La Hermandad de la Santísima Virgen de Viforcos suma 200 socios, que pagan una cuota anual de seis euros, y tanto su presidente, Aniceto Carrera, como su secretario, Mario Rodríguez, y otro de los fundadores, Santi Liñán, recalcan que «todo este esplendor ha sido gracias a la labor comunitaria y, sobre todo, a la intercesión de la Virgen de Viforcos». La inversión total supera los 150.000 euros que han cubierto con donaciones particulares, caso de las fincas alrededor del santuario, así como del Ayuntamiento de Encinedo, el Obispado de Astorga y la Diputación de León. «Todo el dinero va directamente al pago de los contratistas respectivos, no a la cuenta de la hermandad», subrayan.
Edificado sobre una antigua ermita románica, el santuario ha sufrido varios arreglos a lo largo de su historia. Uno de los más importantes se llevó a cabo en 1601, cuando se le añadió una nave central de 35 m de largo por 25 m de ancho, y un delicado artesonado con cuadrados de madera. Su retablo renacentista fue colocado en el siglo XVIII y contiene doce tablas policromadas de madera de nogal en las que aparecen escenas de la vida de la Virgen, y otra tabla central con un Cristo crucificado. Por encima del sagrario se encuentra la citada talla románica de la Virgen, también policromada, y otra de Santa Teresa de Jesús. Asimismo, está documentado que en el año 1200 hubo una donación del santuario de la Virgen de Viforcos al de San Pedro de Montes. El de Ambasaguas era un centro de culto y peregrinación para las gentes de la comarca.
Romería
La romería originaria se celebraba el día 8 de septiembre y a la misma acudían gentes de toda la comarca -tanto a pie, como en caballerías o carros- y otras de Sanabria, El Bierzo y Galicia. Era un día de hermandad, confraternización y devoción, donde no faltaban los «pulpeiros» gallegos.
Esa fiesta se ha vuelto a recuperar el último fin de semana del mes de agosto, congregando a miles de personas. El día final de la Novena a la Virgen del año pasado se reunieron más de 500 para participar en la procesión de antorchas, compartir una cena y bailar con orquesta «hasta que el cuerpo aguante». Este año será el viernes 23 del mismo mes.
Está demostrado que, como era tradición en Cabrera, la unión refuerza la convivencia, embellece a los pueblos y hasta crea orgullo de pertenecer a la comunidad de vecinos.