La ULE lidera un proyecto europeo para reducir el uso de plaguicidas en el campo
BioBive cuenta con 16 socios de seis países para investigar durante cuatro años con 6,8 millones de financiación
Aumentar la sostenibilidad de los materiales plásticos de uso agrícola es el objetivo del proyecto europeo BioBive, liderado por la Universidad de León y que se desarrollará durante los próximos cuatro años con la participación de 16 socios de seis países europeos y con 6,8 millones de euros de presupuesto.
El proyecto—Biodegradable Delivery Systems for Plant Pathogens Control of Horticultural Crops Through Bioactive Agents)— propone «una solución innovadora basada en el desarrollo de sistemas de liberación controlada de compuestos de base biológica y con capacidades bioactivas para controlar los patógenos vegetales de diferentes cultivos hortícolas (tomates, zanahorias, fresas)», según ha señalado la institución en un comunicado remitido tras la presentación del proyecto.
Estas actuaciones permitirán minimizar la huella medioambiental «mediante la disminución del uso de materiales fósiles en la fabricación de plásticos de uso agrícola y la reducción del uso de pesticidas de origen sintético».
BioBive prevé la incorporación de agentes bioactivos como plantas como la ortiga y la cola de caballo, algas y microorganismos con capacidades antifúngicas] a sistemas de liberación biodegradables de dichos compuestos en la técnica del mantillo, lo que según la ULE, mejorará el rendimiento y la salud de los cultivos
Estos sistemas se aplicarán en cultivos de tomates, zanahorias y fresas, sobre los que trabajaran equipos científicos formados por biólogos, químicos, fabricantes de bioplásticos, biotecnólogos, ingenieros de materiales, agricultores, expertos en computación y economistas.
En el caso del tomate, la producción europea, que es liderada por España e Italia, alcanzó los 11 millones de toneladas en 2021, distribuidos en unas 93.900 hectáreas. La cosecha de zanahorias alcanzó los 4,7 millones de toneladas, siendo Europa el mercado de este producto con mayor crecimiento. Por último, la producción de fresas, liderada por Alemania, se estima en torno a 1,2 millones de toneladas.
En la presentación ha contado con la presencia de Santiago Gutiérrez Martín (Vicerrector de Investigación y Transferencia de la ULE), Carlos Barreiro Méndez (Coordinador Europeo del Proyecto BioBIVE), María Cristina León (Directora de Innovación del ITACYL) y Raúl de Saja (responsable de Oficina de Transferencia de Conocimiento de la Fundación Centro Tecnológico de Miranda de Ebro - CTME), ante un público integrado por cerca de 40 representantes de los 16 socios de los seis países europeos que participan en el proyecto.
Como plaguicidas
La técnica del mantillo (mulching) es una práctica agrícola extendida por todo el mundo que consiste en cubrir el suelo con una capa de material orgánico o sintético (por ejemplo película plástica) para retener la humedad, evitar la erosión del suelo y reducir el desarrollo de malas hierbas, favoreciendo el crecimiento sano de las plantas y disminuyendo la demanda de agua, así como, las necesidades de herbicidas y fertilizantes. Los beneficios agrícolas se ven contrarrestados por el negativo impacto medioambiental de los plásticos utilizados, ya que no son fáciles de recolectar o limpiar tras la cosecha, y su recuperación requiere mucho tiempo.
La Universidad de León considera «crucial» abordar el problema de las emisiones en el sistema agrícola actual, que se enfrenta a retos importantes como «el cambio climático, la erosión del suelo y la pérdida de biodiversidad». Según señala, la agricultura contribuyen al 19-29 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
La reducción de los plaguicidas es una de estas actuaciones necesarias, como subraya la Comisión Europea. Actualmente, la UE aplica estrictas normas y trabaja en otras nuevas que pretenden reducir el uso de pesticidas en un 50% para 2030. «Por lo tanto, es urgente buscar nuevos biocidas con mayor eficacia, biocompatibilidad y biodegradabilidad para superar los problemas de los agroquímicos tradicionales».
De ahí el programa BioBive, que «contribuirá a estos objetivos mediante alternativas sostenibles a los productos químicos sintéticos actuales considerando tres cultivos diferentes: tomates, zanahorias y fresas, que han sido seleccionados por su relevancia en Europa».