El reino del agua
El verano leonés está dominado por el agua. De piscinas fluviales a ríos y embalses. La provincia cuentra con una interminable oferta de lugares en los que aprovechar el buen tiempo. Lugares donde refugiarse del bochorno
Léon es el paraíso del agua. Territorio de mares de agua dulce y tierra adentro. El verano es el momento perfecto para aprovechar uno de los grandes regalos que brinda esta tierra: un paisaje hidrográfico increíble, con una superficie fluvial de más de 3.000 kilómetros, la más extensa en toda la península. El reino del agua dulce.
Todo este litoral se explica por la situación geográfica de la provincia: León es un territorio cuya estructura montañosa es tan amplia e irregular que ha terminado permitiendo que existan un total de 34 ríos, siete embalses y una multitud de lagos y lagunas dentro de la provincia. Este es, además, un verano perfecto para aprovechar el litoral, pues las lluvias recurrentes de primavera han permitido que los embalses estén al 88,6% de su capacidad, un 13% más que la media de los últimos diez años.
El Bierzo, paraíso veraniego
El Bierzo cuenta con mayor oferta en cuanto a su hidrografía. Que la mayoría del territorio se encuentre a una altura media de 800 metros, compartir el clima de territorios colindantes, Lugo, Ourense y Asturias, y que exista una hoya en su centro facilita la creación de paisajes como el lago de Carucedo, que cuenta con amplias zonas verdes y una multitud de árboles bajo los que disfrutar de la sombra. Al ser un lago, tiene además dos ventajas adicionales: no tiene peligro de corrientes y el agua está a una temperatura ideal.
Toral de los Vados, además de contar con el Salto del Pelgo — una de las mayores atracciones turísticas del Bierzo Bajo y que impresiona incluso antes de verlo, ya que el sonido del agua se hace notar antes de llegar y anuncia el espectáculo con el que nos vamos a topar— tiene su propia playa fluvial que permite bañarse el río Burbia con todo tipo de comodidades: un lago artificial, merendero, cafetería, pistas de vóley-playa, mesas de ping pong, piscina climatizada, sauna, restaurante y un moderno albergue e incluso un bungalow de madera.
Vega de Espinareda tiene una de las zonas de baño más grandes del Bierzo a la orilla del río Cúa. Desde la construcción de la presa en los años 70, la zona ha ido mejorando un año tras otro, ofreciendo más servicios a sus visitantes. El ayuntamiento del municipio propone a menudo actividades para aprovecharla al máximo.
La playa fluvial de San Martín de Moreda también pertenece al municipio de Vega de Espinareda y es la única que baña el río Ancares. De destaca por la fría temperatura de sus aguas en verano, lo que la hace recomendable para quienes buscan escapar del calor.
Molinaseca, uno de los pueblos más singulares de España, cuenta con una piscina fluvial muy cercana a su casco urbano y de fácil acceso. Estas características hacen de ella una de las más demandadas, tanto por bercianos como por visitantes. Una de sus mayores atracciones es la popular fiesta del agua, en la que los vecinos realizan una guerra de calderos junto al río Meruelo aprovechando los primeros rayos de luz que rompen la noche y marcan el inicio de las celebraciones.
Igüeña, un pequeño municipio del Alto Bierzo, cuenta con una playa fluvial en las orillas del Boeza. Escondida tras la puerta de la montaña, propone un entorno estético inmejorable para sus visitantes.
Para los que no quieran bañarse, el Bierzo también ofrece el Valle de Valcarce. Lo describe bien la página de turismo del Bierzo: «Frondosos bosques y abundantes prados, regados por ríos de cristalinas aguas que nacen en sus cumbres y le dan nombre al valle». El río pasa espectacularmente por varios municipios como Balboa, Sobrado, Friera, Oencia o Castropetre.
Villafranca del Bierzo tiene una playa fluvial en la que se puede disfrutar de un paseo junto al río y rutas de senderismo. Al encontrarse dentro del casco urbano del municipio, permite incluso disfrutar del patrimonio cultural del municipio.
Para los que busquen otra alternativa a playas fluviales y valles, el Bierzo les propone varios embalses de Bárcena y Villameca, que cuenta con el añadido de tener una oferta de alquiler de patines con los que dar un paseo a sus orillas. Ambos ofrecen paísajes amplios y bosques en los que escapar del sol. El embalse de Bárcena ofrece, además, una zona de merenderos en los que poder tomarse un respiro y reponer fuerzas. Situado entre Santa María del Río Sil y Ponferrada, se puede practicar la pesca deportiva, es también un buen sitio para darse un baño y desafiar al calor.
La Ribera y sus playas
La parte de la provincia más cerca na a su capital, con una geografía generalmente más regular, concentra la mayoría de su oferta de playas fluviales en un grupo de municipios de la mancomunidad del Órbigo, en la que se acumulan multitud de playas y piscinas fluviales.
Cimanes del Tejar cuenta con una playa fluvial de 3.000 metros cuadrados situada en mitad del parque público de Cimanes, en las afueras del municipio. Ofrece un amplio aparcamiento y zona infantil para las familias que decidan visitar y tiene un horario de apertura de 12 a 20 horas.
Alcoba de la Ribera, municipio cercano a Cimanes, cuenta con su propia piscina fluvial, la cual se encuentra en el parque ‘El Rincón’, del que recibe su nombre. Se trata de una pequeña piscina que compensa sus dimensiones con merendero, vestuarios, duchas, servicios e incluso un bar-restaurante.
Llamas de la Ribera cuenta con una playa fluvial que propone todo tipo de actividades tanto para mayores como para los más pequeños: con campo de fútbol y minigolf y una amplia zona de merenderos complementan los servicios de este litoral, más parecido a una piscina que a una playa, que se encuentra en el Paraje de los Redondales.
Quintanilla de Sollamas es otro municipio que comparte ayuntamiento con otra playa fluvial, la de Llamas de la Ribera. La piscina fluvial de Quintanilla se encuentra en La Devesa. Cuenta con un bar-restaurante y está rodeada de una muy amplia zona de bosques.
Villoria de Órbigo tiene una piscina fluvial de 2.000 metros cuadrados, que se encuentra rodeada con muy amplias zonas de praderas, árboles, bancos y mesas además de un restaurante con terraza.
El agua en todas sus formas
León tiene la suerte de tener numerosas zonas litorales. Prácticamente todo su territorio incluye paisajes bañados en agua por los que pasear y gozar de las vistas.
El valle de Babia y Luna incluye un parque natural. La zona está presidida por el embalse de los Barrios de Luna, que completa una zona que ofrece algunas de las vistas más impresionantes de toda la provincia.
El lago Truchillas, situado al sur de la provincia y limítrofe con Zamora, es un monumento natural. Su recorrido está lleno de praderas y paísajes montañosos. Está, además, rodeado de pueblos de arquitectura tradicional, lo que añade un toque clásico a la experiencia.
Dos zonas de agua y amplios cambios de nivel, que afectan su superficie, son las caraterísticas principales del lago de La Baña . Su origen paraglaciar y la diversidad de su fauna y botánica hacen de él un destino obligado para amantes de la geología.
Situado en el municipio de Boñar, el embalse de Porma, también conocido como Embalse de Vegamián, es el lugar idóneo para practicar deportes de vela gracias a su geografía muy abiert auqe permite la entrada de vientos de todas las direcciones. Esta característica también hace de este un lugar idóneo para dar un paseo sin ser asediado por el calor, pues siempre habrá, al menos, una buena brisa.
El embalse de Riaño, situado en el río Esla y parte esencial del parque regional, es el lugar ideal para practicar deportes acuáticos. Es una parada obligatoria para aquellos que quieran dsfrutar de las vistas desde la más absoluta comodidad, ya que existe la posibilidad de visitarlo desde el confort de un paseo en barco, que hace falta reservar con antelación.
Situado entre las comarcas de Babia y Laciana, el embalse de Villaseca cuenta con poco espacio y un encanto inversamente proporcional.
Además de las aguas calmadas, León posee varias cascadas que impresionan tanto por su fuerza como por su elegancia y belleza, empezando por la de Lumajo, en el Valle de Laciana, a altura de Villablino. Su división en varios tramos por los que desciende el agua y el entorno totalmente natural en el que se encuentra potencian aún más la belleza de la zona.
La cascada de la Gualta es exigente con quien quiere verla, pues tiene que pasar por una ruta de más de 10 km que empieza en el Mirador de la Gualta, con espectaculares vistas al valle y la Sierra de Gistredo a lo largo del río Noceda. La ruta ofrece una serie de aperitivos con los distintos saltos de agua que se encuentran por el camino hasta llegar por fin al destino, en el que todos los esfuerzos son devueltos con creces al observar la caída del agua desde una altura de 30 metros.
La cascada de Foz es perfecta para aquella gente que no quiera pasar horas caminando para alcanzar su objetivo. Situada en en Torrestío, en la alta montaña leonesa, casi a la frontera de Asturias, posee un abundante caudal capaz de impresionar a los más impasibles. Como añadido, la localidad propone también la posibilidad de hacer turismo patrimonial gracias a sus hórreos y su iglesia del siglo XVIII.
La cascada de Cola de Caballo de Nocedo es de fácil acceso a pie gracias a los puentes y pasarelas que dan paso por su garganta y, si bien no es la más espectacular en cuanto a altura con solo cuatro metros de caída, forma parte de un entorno natural asombroso que lo compensa todo.
Situada en el Valle del Faro, en la localidad de Redipuertas, la cascada el Saltón es la primera que se puede encontrar en el Ruta de las Cascadas del río Faro y, sin lugar a dudas, una de las más impresionantes. Al llegar a ella, una serie de carteles indica el camino a seguir para poder disfrutar de las demás cataratas del valle.
A la cascada de Beiro, conocida también como Fervenza do Beiro, se accede por una ruta de senderismo partiendo de Busmayor. Al llegar, se podrá observar una catarata de varios niveles rodeada de un entorno idílico.
Actividades en mojado
La provincia de León cuenta con una oferta muy amplia de actividades con las que mantenerse mojado y al fresco. Entre ellas se sencuentra el barranquismo y su variante, el espeleobarranquismo, con el que se puede incluso disfrutar de las Cuevas de Valporquero o del Valle de Arbas, una de las zonas más desconocidas de León que se encuentra en el extremo norte de la provincia, pegado a Asturias.
Los amantes de la adrenalina que prefieran estar en espacios abiertos pueden optar por la opción del piragüismo. Existen varias posibilidades para todo tipo de aficionado: los que deseen un reto individual o en pareja pueden probar con el kayak y las familias que quieran una experiencia de grupo se pueden unir al rafting.
León ofrece una multitud de descensos disponibles para todos los niveles, aún así. Destacan dos rutas que los aficionados a las embarcaciones no se pueden perder: la del río Luna, que cuenta con la ventaja de todas las vistas de su valle y embalse, y la del lago de Carucedo, apta para principiantes y que se puede complementar con una jornada de turismo rural por las Médulas.
León es una tierra repleta de agua pero limitada en cuanto a olas. Aún así, los aficionados a las tablas pueden disfrutar del paddle surf, una disciplina en la que, al igual que el surf, se está de pie en la tabla, pero con la particularidad de que se toma impulso con la ayuda de un remo. Disponible en la zona del Bierzo en el lago de Carucedo, el pantano de Bácena y los estrechos del Sil. También se puede disfrutar de este pasatiempos en Boñar.
No existe león sin agua
Las lagunas son un elemento veraniego que no se puede infravalorar. Incluso las zonas más alejadas de ríos, embalses, pantanos y lagos tienen su trocito de agua, como es el caso del Páramo, en el que Las Grañeras cuenta con su propia laguna y multitud de arroyos. Otras localidades, como Fontecha también tienen arroyos.
Aunque los elementos que más destacan son los grandes cuerpos fluviales que llenan la provincia y su enorme oferta de actividades, siempre que se está dentro de la provincia nunca se va a estar lejos de una fuente natural. Por eso, León es el reino del agua.