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Un decreto regulará los canales de venta directa entre productor y el consumidor

La norma abordará las garantías sanitarias y la identificación de los productos para «impulsar la renta del agricultor»
Editorial: 'Nuevo avance hacia una agricultura justa'

Puesto de venta de hortalizas y verduras en la Feria del Tomate de Mansilla de las Mulas. J. NOTARIO

Publicado por
M. Rabanillo
León

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La Junta de Castilla y León regulará las ventas directas de productos agroalimentarios entre el productor y el consumidor, un mercado que denomina ‘Canales singulares de comercialización de productos agroalimentarios’ y para el que está preparando un decreto.

Según señala la administración autonómica, los que considera «canales cortos de comercialización» y las «redes agroalimentarias rurales» representan una forma específica de canales singulares de comercialización que buscan «relocalizar la producción y el consumo de alimentos».

Es un mandato emanado del reglamento europeo que regula los planes estratégicos de la PAC y que explicita que es necesario «mejorar la posición de los agricultores en la cadena de valor, en particular mediante el impulso de formas de cooperación que beneficien a los agricultores y fomenten su participación, así como promoviendo las cadenas de suministro cortas y mejorando la transparencia del mercado».

La regulación que ya está en marcha se dirime en tres frentes. Así, afectará a la venta directa, entendida como la realizada entre el productor primario y el consumidor final de productos provenientes de la propia explotación agraria; la venta en «circuito corto», que se refiere al medio de comercialización de estos productos «habiendo como máximo un solo intermediario entre el productor y el consumidor final» y, finalmente, la «Red agroalimentaria rural», como se considera a la entidad integrada por operadores en la que «los alimentos se producen, transforman, comercializan y consumen dentro de un área geográfica de la Comunidad Autónoma, respetando la estacionalidad de las producciones y procurando un valor agregado territorial».

Comerciales

Los canales cortos, sin o con un intermediario, y las redes agroalimentarias rurales están incluidas

En su fase preliminar de consultas, la Junta se plantea como objetivos de esta norma fomentar la venta de productos agroalimentarios a través de canales singulares de comercialización, establecer un sistema de identificación de estos productos e impulsar la renta de los pequeños productores.

Además, la regulación permitirá facilitar el acceso a los criterios de seguridad e higiene de los productos agroalimentarios dictado por los estándares europeos.

Se trata, afirma la Junta, de abordar «un compromiso con la cooperación social, el desarrollo económico local y estrechar relaciones geográficas y sociales entre productores y consumidores».

Considera que estos canales, contribuyen a estimular la economía local y a crear empleo en las zonas rurales y es una herramienta para el desarrollo rural a través de la revalorización y promoción de los productos locales, así como para « preservar las características y las tradiciones territoriales de los mismos y la forma de su elaboración y presentación».

También destaca que «el contacto estrecho entre productores y consumidores favorece relaciones provechosas de comunidad y una mayor interacción social, que es clave en los núcleos rurales», una interacción que extiende entre el medio urbano y al rural.

La Junta ahonda en los beneficios de este decreto que nace como un instrumento para «fortalecer» al sector agropecuario frente «a la necesidad de aumentar la producción de alimentos, respetando los parámetros de sostenibilidad». Además, estima que estos canales singulares de comercialización permiten destacar «una cualidad o calidad muy específica, muy propia de la zona». Destaca que este tipo de ventas aportan muchos beneficios, tanto a nivel económico, como medioambiental y social y además fortalecen las economías locales, «el sostenimiento de las pequeñas empresas y la viabilidad de las explotaciones agrarias de menor tamaño». Incide especialmente en sus «marcadas funciones de interés social, pues facilita los intereses de la comunidad favoreciendo la tutela del territorio rural, fijando población en este medio con una función de aprovechamiento regular de los recursos naturales».

Beneficios

Estimular la economía local, crear empleo y revalorizar los productos locales

Curso de la ULE sobre sostenibilidad agroalimentaria

La sostenibilidad alimentaria y la producción agrícola de la provincia de León protagonizarán el curso de verano ‘Alimentación sostenible: tradición e Innovación’ que se realizará del 22 al 26 de julio en la Biblioteca Pública de Astorga y el Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (Ictal) de la Universidad de León (ULE).

El seminario se celebrará bajo la dirección de los profesores Camino García y José Javier Sanz, y será impartido por una decena de investigadores de las facultades de Veterinaria y Filosofía y Letras y del Ictal, según señala la ULE en un comunicado.

El programa, que tendrá una duración de 30 hora, tiene como objetivo principal promover la identificación y protección del patrimonio cultural y natural relacionado con la alimentación sostenible.

Incluye una variedad de actividades como conferencias, talleres y visitas guiadas. Entre los conferenciantes se destacan José Cortizo Álvarez, profesor de Análisis Geográfico Regional de la ULE, quien ofrecerá una conferencia sobre ‘Alimentación y territorio’.

Pablo Linares Barreal, director gerente de Alimentos de Calidad del Bierzo, A.I.E., presentará ‘Las frutas del Bierzo: un viaje innovador hacia la calidad y el sabor’; mientras que Eugenia Tornadijo Rodríguez, profesora de Tecnología de los Alimentos de la ULe, hablará sobre la ‘Innovación de un producto de panadería sin gluten incorporando ingredientes bioactivos’.

David Pérez Abril, profesor de Marketing de la ULE, ofrecerá una conferencia sobre la ‘Innovación del marketing alimentario: redes sociales’. Además, la conferencia ‘Nuevas tendencias en la producción de vinos sostenibles’ será presentada por José Antonio García Álvarez, enólogo y profesor de la ULE.

El precio de la matrícula es de 50 euros, cantidad que se reduce a 35 para estudiantes de la ULe y de otras universidades y 25 para personas desempleadas. Este curso está dirigido a estudiantes, profesionales del sector sanitario y agroalimentario, y cualquier persona interesada en la sostenibilidad alimentaria.

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