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El ministerio autoriza el uso excepcional de un fitosanitario para combatir el oídio en el lúpulo

Este hongo provocó en la pasada campaña importantes pérdidas en la provincia al arruinar el 27% de la cosecha

El oídio ataca los cultivos y torna el verde de las motas en un marrón parduzco,. JESÚS F. SALVADORES

León

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Se pude usar desde el 10 de julio al 10 de septiembre en dos aplicaciones con 14 días de diferencia

La autorización de uso excepcional de principios activos para combatir el oídio en el cultivo del lúpulo ha sido muy bien acogida por parte de los cultivadores leoneses que vieron como este hongo arruinó más del 27 por ciento de su cosecha en la campaña pasada.

El Ministerio de Agricultura y Ganadería acaba de publicar una orden por la cual se autoriza solo en la comunidad autónoma de Castilla y León el uso excepcional de un fitosanitario formulado a base de fluopyram en un 25% y trifloxistrobín en la misma proporción para combatir posibles nuevas plagas de Podosphaera macularis, popularmente conocido como oídio, desde el 10 de julio al 10 de septiembre de este año.

La dosis está fijada en 0,6 litros de producto por hectárea, en un volumen de agua de entre 500 y 1.000 litros por hectárea, pulverizado en un máximo de dos aplicaciones espaciadas en 14 días y con un plazo de seguridad de 21 días.

Para el presidente de la SAT Lúpulos de León, Alberto Martínez, «es una buena noticia, pero insuficiente, ya que por lo menos necesitamos tres materias activas para que el hongo no presente resistencia, pero bueno, es un buen paso ya que hasta ahora no podía utilizar ningún producto», explica.

Los agricultores de León que ya han sembrado las de 560 hectáreas de lúpulo que hacen de la provincia la mayor productora a nivel nacional, ya han empezado a aplicar el Luna Sensation, nombre con el que se comercializa este producto, el único que tienen autorizado. Incluyo ya han empezado a florecer las plantas, según el presidente de la SAT. «Ahora haría falta que nos autoricen otro producto para combatir el mildiu, otro de los hongos que afectan al lúpulo, aunque de momento no está presenta ya que este año lo está frenando el calor», explica Martínez.

Producción diezmada

Según la resolución publicada por el ministerio, los ataques de oídio en el cultivo del lúpulo, pueden diezmar una plantación entera en unos pocos días quedando los conos reducidos al raquis de la inflorescencia y ocasionando una pérdida total de la producción.

En su argumentación asegura que el no realizar tratamientos contra oídio «supone que el porcentaje de conos dañados por esta enfermedad puede exceder el establecido en el contrato de compra de las empresas a las que va destinadas la producción de lúpulo, por lo que esta sería rechazada llegando a unas pérdidas económicas del 100% para muchos agricultores».

Para poder dar una cobertura fitosanitaria completa en el periodo crítico del desarrollo del cultivo, el ministerio afirma que «es preciso incorporar algunas sustancias activas fúngicas que aporten nuevos modos de acción para el control de la población del hongo Podosphaera macularis (oídio)».

«El cultivo del lúpulo al ser un cultivo menor, sufre la falta de atención, lo que repercute en la falta de productos fitosanitarios, dificultando el manejo y gestión de sus plagas y enfermedades», concluye el texto del ministerio.

Y es que son muchas las peticiones realizadas desde las organizaciones agrarias y desde los propios cultivadores para que se autorice el uso de principios activos para combatir las distintas plagas que afectan a las plantaciones, como ocurre en otros países europeos, donde estos productos están normalizados.

En España hay plantadas unas 600 hectáreas de lúpulo. La inmesa mayoría, unas 560, están en la provincia de León, principalmente en la ribera del Órbigo, con unos 125 productores.

Existen distintas variedades, y a cada una les atacan las enfermedades de manera diferente. La más extendida, con hasta un 80% de la superficie de cultuvo actualmente en la provincia, es la ‘Nugget’, que ofrece una resistencia superior al mildiu en comparación con otras variedades introducidas posteriormente

Difícil gestión

El ministerio reconoce que al ser un cultivo menor «sufre una mayor falta de atención»
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