Asaja destaca el desinterés de los viticultores leoneses por optar a nuevas plantaciones
De las 232 hectáreas autorizadas a Castilla y León, la DO León solo solicitó una y Bierzo cinco
El Ministerio de Agricultura ha publicado el procedimiento y resultados de la convocatoria de asignación de cupo de nuevas plantaciones de viñedo correspondiente al año 2024, arrojando unos resultados que ponen de manifiesto el desinterés de los viticultores leoneses por ampliar sus explotaciones, ha destacado este lunes el sindicato Asaja en un comunicado.
En opinión de la organización, quienes sí están creciendo son las grandes bodegas, que no tienen acceso a estas asignaciones gratuitas de derechos de plantación, y no los viticultores profesionales que representan a la agricultura familiar.
Asaja ha explicado que el Gobierno fijó un cupo de nuevas plantaciones de viñedo para 2024 del 0,1% de la superficie plantada en toda España, 928 hectáreas, de las cuales 232 se asignaron a Castilla y León, mientras que la DO Rueda quedó excluida al haber adoptado el acuerdo de impedir el crecimiento de superficie, y la DO Ribera del Duero lo tenía limitado a 200 hectáreas.
De las 232 hectáreas autorizadas a Castilla y León, de la Denominación Origen (DO) León tan solo solicitó una hectárea, que sumaron cinco en la DO Bierzo.
Así pues, de este proceso de asignación de cupo de nuevas plantaciones, la provincia de León se ha quedado en tan sólo con el 0,64% del total nacional y con el 2,58% de la asignación de Castilla y León, ha apuntado el sindicato.
Asaja aclara que no es que se hayan desestimado solicitudes por no reunir la puntuación, sino que no se han presentado solicitudes, ya que la mayoría de las presentadas sí fueron seleccionadas.
La organización ha considerado que puede haber varias causas detrás de esta escasa demanda por invertir en nuevas plantaciones de viñedo por parte de los viticultores profesionales y de los jóvenes viticultores.
Por un lado, la escasa propiedad de la tierra y la inexistencia de contratos de arrendamiento a largo plazo, algo necesario para poder amortizar estas inversiones.
Por otro lado, la incertidumbre del mercado, ya que las bodegas no se comprometen con los viticultores mediante contratos a largo plazo, y por el contrario tratan de asegurarse el suministro en plantaciones propias que por lo general son grandes extensiones de terreno que resultan más competitivas.
Otra razón, según Asaja, son los problemas vinculados a la mano de obra en explotaciones poco mecanizadas, como ocurre en El Bierzo.
Y por último, los precios que son habituales en la DO Bierzo no son atractivos porque no compensan los mayores costes derivados del minifundismo, de la orografía del terreno, y de las atenciones que requiere el ‘viñedo viejo’.