Diario de León

Aparece muerto en su celda de Mansilla Avelino, el doble asesino de Redipuertas

El que fuera guía de la Cueva de Llamazares cumplía 20 años de cárcel por asesinar a su prima

Leandro Avelino Llanos, entrando en la Audiencia de León donde fue juzgado en 2016. RAMIRO

León

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Es el final de una de las crónicas más negras de la provincia de León. Leandro Avelino Llanos Fernández, el doble asesino de Redipuertas, falleció el pasado 30 de junio en la prisión de Mansilla de las Mulas donde cumplía veinte años de condena por matar en 2013 a su prima de un disparo tras una discusión por unas lindes de fincas. Pero su primer crimen lo cometió en 1977. Cuando Avelino tenía 29 años mató a puñaladas a un vecino Cerulleda de 81 años por una venganza personal.

El cuerpo sin vida de este ex legionario, que llego a ser el guía de la cueva de Llamazares, fue encontrado por los funcionarios de la prisión a primera hora de la mañana ahorcado con un trozo de sábana. Tenía 75 años de edad y llevaba puestos su pantalones de montaña.

El juicio celebrado en 2016 en la Audiencia Provincial de León por la muerte de su prima sacó a la luz el perfil de este hombre, al que su propia defensa atribuyó una grave patología mental, que unida a su afición al alcohol, le empujaba a cometer este tipo de actos.

Lo que quedó claro durante la vista es que Avelino no era una persona normal. Raro, diferente, asocial fueron algunas de las calificaciones vertidas por los testigos del juicio para describir a ese fanático del orden y la disciplina, cazador y amante de la naturaleza hasta el extremo de dormir en el monte siempre que el tiempo se lo permitía. De hecho, y pese a que tenía la licencia de armas en vigor, confesó en el juicio que dejó de cazar ya que no podría soportar el daño que le causaba ver morir a «mis animales», empatía que sin embargo no tuvo con las dos personas a las que asesinó.

Pero lo que más marcaba la personalidad de este hombre, que pese a su confesada sociopatía fue durante años el guía de la cueva de Llamazares, era su pasado criminal, que sin embargo no le impidió tener licencia de armas.

A Amador Ruiz Orejas le acuchilló a sangre fría en 1977 hasta la muerte, mientras el anciano presenciaba una partida de bolos durante las fiestas de Cerullena. Se sentó junto a él y tras un saludo de rigor le dijo textualmente: «A usted yo lo mato», y sin que mediaran más palabras le clavó un cuchillo en la garganta para propinarle después otras dos cuchilladas en el corazón.

Al parecer, detrás de este sangriento asesinato había una venganza personal, ya que Avelino acusaba al anciano de estar detrás de la muerte de su abuelo durante la Guerra Civil, hecho que más tarde desmintió la familia. Tras matar a Amador Ruiz, Avelino huyó a los montes de Valdelugueros donde permaneció un día entero escondido hasta que fue localizado por la Guardia Civil. Por este crimen, fue condenado en 1979 por la Audiencia Provincia de León por un delito de homicidio concurriendo la atenuante de enajenación mental por lo cual fue ingresado cinco años en Centro Penitenciario Psiquiátrico de Alicante, hecho que paradógicamente no llegó a figurar como antecedente penal.

La historia se repitió

Treinta y seis años después, la historia —por desgracia— se repitió y Avelino volvió a matar, esta vez a su prima, con la que en su niñez había tendido una relación casi de hermanos.

María Carmen González, una médico de 61 años, fallecía el 1 de junio de 2013 tras recibir un disparo de la escopeta de Avelino. Se desponía a abrir su casa de Redipuertas para pasar el verano en su pueblo, junto a su madre, cuando tras discutir con Avelino por una cuestión de tierras, fue asesinada, de nuevo a sangre fría por este hombre. Una vez tendida en el suelo, y según quedó reflejado en el juicio, Avelino le dijo «puta, hija de puta, te lo merecías». Después, tras dejar la escopeta en su casa, huyó de nuevo al monte, esta vez a la cueva de los Infiernos, en las proximidades del pueblo, donde se escondió hasta que llegaron los agentes de la Guardia Civil, a los que llegó a agredir con un cuchillo cuando trataban de detenerlo.

Tanto la Fiscalía como la acusación particular concluyeron en el juicio que Avelino «sabía lo que hacía y cómo lo hacía», y que «ese día fue a cazar, pero no animales a los que tanto amaba, sino a Mari Carmen, ya que la odiaba», por eso rechazaron enajenación y que estuviera borracho. «Ya engañó hace 40 años a un tribunal, que no ocurra lo mismo ahora», sentenció entonces la Fiscal.

Su pasado criminal

36 años antes de matar a su prima, Avelino acuchilló a un hombre en Cerulleda por una venganza personal

Su final

Los funcionarios lo encontraron ahorcado en su celda, con sus pantalones de montaña puestos

El acusado mató a su prima el 1 de junio de 2013. DL

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