León ha triplicado su población de trucha desde la aprobación de la Ley de Pesca hace diez años
El Esla y del Órbigo presentan densidades superiores a los 0,35 individuos por metro cúbico, frente a os 0,10 de 2013
Editorial: La trucha lleva vida a los pueblos
La salud truchera de los ríos de León es muy buena. Así lo considera el servicio territorial de Pesca de la Junta en León que ha destacado que las poblaciones en las principales cuencas de la provincia han evolucionado en la última década pasando de escasa o muy escasa en entre 2013 y 2015, a abundante en la actualidad, alcanzado en el Esla o en el Órbigo los 0,35 ejemplares por metro cuadrado.
León es una provincia afortunada en cuanto a la red hidrográfica que la recorre al disponer de algo más de dos mil kilómetros de ríos pescables muy atractivos para la pesca de la trucha, y otros mil de arroyos con interés ecológico pero no aptos para la práctica de esta actividad.
Ya la Ley de pesca de la Junta de Castilla y León declaró a la trucha común como Especie de Interés Preferente, lo cual la predispone a ser considerada el objetivo fundamental en la gestión de los ríos de esta provincia.
Según explican desde la sección de Pesca, el río es un ecosistema muy variable, condicionado claramente por las avenidas ordinarias derivadas de las lluvias o deshielos, pero sobre todo limitados por las sequías estivales, en algunos casos naturales, y en otros forzados por unos riegos abusivos que reducen el agua circulante por el cauce a volúmenes mínimos que apenas garantizan el mantenimiento de las poblaciones piscícolas presentes.
La Ley 9/2013, de 3 de diciembre, de Pesca de Castilla y León, en contra de lo que pueda creerese, no debe considerarse como una ley de pesca sin muerte, si no de gestión sostenible de un recurso, y que en este caso gestiona las poblaciones de peces de los ríos de la comunidad autónoma.
Básicamente, lo que ha hecho esta Ley ha sido definir qué tramos de ríos son aquellos en los que se autoriza la extracción de un determinado número de peces, pero teniendo en cuenta que quedan otros tramos de río de longitud similar o mayor que constituyen un reservorio de ejemplares para que perpetúen la especie y se mantengan poblaciones más o menos equilibradas, con ejemplares reproductores de buenas características.
Este planteamiento se apoya en la tendencia de los salmónidos, e incluso de numerosos ciprínidos, a remontar los ríos para realizar la freza anual, por lo que una vez finalizada la época de pesca, en la que algunos tramos han quedado con poblaciones reducidas por esta actividad, se reequilibrarán con el aporte de ejemplares procedentes de esos tramos en los que la pesca se ha realizado sin muerte. Hay que indicar en este caso que la presencia de presas, puertos de riego, azudes de minicentrales o cualquier estructura que dificulte el remonte de los peces, impide que la redistribución de las poblaciones sea tan homogénea como sería deseable.
Durante décadas del siglo pasado, parecía que la actividad piscícola no tenía una capacidad extractiva que pudiese mermar las poblaciones de los ríos, pero la mayor presencia de pescadores, la capacidad de estos de desplazarse a cualquier punto de la provincia, el mayor tiempo dedicado al ocio, la existencia de sectores de la población con mas tiempo libre (jubilados, prejubilados, trabajo en jornada continua, etc.), la mejora de las técnicas de pesca y el desarrollo de nuevos materiales como cañas de fibra de carbono, sedales de fluorocarbono casi indetectables y demás elementos, comprometieron las poblaciones, «obligando» a la administración a publicar la Ley actual para reducir la capacidad extractora.
Según apuntan desde la Junta, «las medidas tomadas han sido claramente favorables, como demuestran los estudios hidrobiológicos que se vienen haciendo anualmente en la provincia, aportando cifran que demuestran de forma generalizada que las poblaciones de truchas son más abundantes y los ejemplares son de mayor tamaño que en los años anteriores a esta Ley, lo cual redunda claramente en mejores frezas, y por lo tanto reclutamientos más numerosos».
Lo que ahora busca la Ley de Pesca es devolver a los ríos las condiciones naturales, donde no se produzcan vertidos ni directos ni indirectos, y si se producen, que sean debidamente depurados o corregidos, con un impacto menor de lo que actualmente se está produciendo. Esto redundaría en una mejora en la calidad del ecosistema acuático, con aumento de poblaciones en cantidad y diversidad de macroinvertebrados, y por lo tanto de los animales que de ellos se alimentan, como son las poblaciones piscícolas e incluso especies de mamíferos tan emblemáticos como el desmán ibérico.
Respecto a las repoblaciones de los ríos con truchas procedentes de la Piscifactoría de Vegas del Condado, la Junta las realiza puntual y esporádicamente con el fin de apoyar las poblaciones de tramos claramente antropizados, donde las condiciones del ecosistema acuático se han visto degradadas de forma importante por la actividad humana.
De hecho, la razón de existir de este centro es el mantenimiento de distintas líneas genéticas de la Comunidad para que en caso de que se produzca algún episodio de mortandad en algún tramo, sea viable su recuperación en el menor tiempo posible, aportando algunos ejemplares de estas instalaciones.
En relación con la evolución de las poblaciones trucheras de los ríos de León, es imprescindible comparar con años anteriores para ver el progreso que se está produciendo. A excepción de la cuenca del río Sil, en las otras tres los resultados de densidad de la última campaña es sin duda mejor que las anteriores, lo cual demuestra que el potencial biológico de los ríos es superior al que demostraban hace un par de décadas.
En el caso concreto de la cuenca del río Sil, los datos no fueron todo lo buenos que cabía esperar, probablemente debido a las avenidas que se produjeron en la primavera de 2023, y que posiblemente afectasen a las frezas realizadas por las truchas, por lo que el reclutamiento fue muy inferior a lo esperado. Aún así, considerando que la mayor o menor densidad de un río viene determinada por una buena o mala freza, las cifras tan solo fueron un poco inferiores a las dos campañas anteriores, lo cual demuestra un gras estabilidad en sus poblaciones.