Tanto que ver entre pueblos, encinas y viñedos
Valdevimbre se consolida como destino con rutas de cicloturismo y ofertas alternativas
Está el Valdevimbre que se conoce por la oferta gastronómica, el de las bodegas, el que cautiva por el entorno de la primera línea bajo tierra, con sus restaurantes horneados en las cuevas que aíslan del sol y la luna; el Valdevimbre de la salida del 160 en la A-66; del rosetón de la 6511 desde la N-630; el del cuadro del viñedo de fondo que ha girado el paisaje y que agrada la vista desde la autovía, con ese tono amable de la campiña y la vid; y está el Valdevimbre que atenderá a la marca turística que ha patentado y se mostrará al visitante, para extender su estancia, para ampliar el concepto más allá del cuadro de los bodegones. El Ayuntamiento perfila ya la definición de tres rutas para realizar en bicicleta que llevarán a secretos para el visitante, a otro punto de vista que no sala en el repertorio más conocido de este enclave. «Queremos crear el ecosistema necesario para alargar la estancia en Valdevimbre, ese es el propósito», indica Ángel Cueto, alcalde de un municipio dispuesto a sortear los retos que consolidan el destino entre la competitividad creciente.
Lo primero, el entorno. Las tres rutas para desenvolverse en bicicleta y mostrar el tesoro del entorno tienen ya perímetro: una, recorrerá las localidades del municipio, entre siete núcleos de población que aportan una diversidad y riqueza al territorio en el que comparten el paisaje leve, entre oteros leves que dejan siempre ver más allá; otra de las rutas llevará al monte de encinas que motea de verde oscuro permanente los matices pardos del paisaje, el amarillo del cereal, el albahaca de los panes en primavera; la tercera ruta adentrará en los viñedos, como exponente máximo de este equilibrio entre el barbecho y los sembrados, que mimetiza la línea del horizonte.
El viñedo es parte de la piel de Valdevimbre; y el vino, la sangre que bombea el corazón de una localidad que en estas fiestas de San Lorenzo dedica a los visitantes. La cultura vitivinícola también dará asiento a estos proyectos de dinamización turística y cultural de la localidad y su municipio. «La idea es ampliar la actividad en el museo del vino, y posibilitar encuentros como catas y divulgar el producto de las bodegas y los transformadores locales», amplía Ángel Cueto, que también manifiesta el empeño que dispondrá desde el Ayuntamiento para poner en marcha un centro de día, y mejorar la atención y servicio a la población.
Así se mueve Valdevimbre hacia el futuro, mientras se prepara para soltar tres días la alegría de un fiesta que se riega con vino, del prieto picudo que presenta como una marca tan peculiar que sostiene una cultura, una economía, una forma de darse a conocer en el mundo.