Manuel Fernández es homenajeado por su centenario en Llamas de la Ribera
Un siglo de vida marcada por la dedicación y el esfuerzo como pionero y benefactor de la localidad
El Ayuntamiento de Llamas de la Ribera rendirá un emotivo y merecido homenaje a Manuel Fernández Salvadores, una figura cuya vida ha dejado una huella imborrable en la comunidad. Este homenaje no solo celebrará su centenario, sino que también reconocerá las numerosas contribuciones que Manuel ha realizado a lo largo de un siglo marcado por desafíos y logros.
Manuel Fernández Salvadores nació en Villaviciosa de la Ribera, un pequeño pero entrañable rincón de la provincia de León, donde desde su infancia mostró un carácter firme y una voluntad inquebrantable.
Creció en una época de dificultades, en los años posteriores a la Guerra Civil Española, en el seno de una familia numerosa. Aquellos tiempos, oscuros y sombríos, fueron moldeando el espíritu de un joven que no se dejó vencer por las adversidades, sino que encontró en ellas la motivación para luchar por un futuro mejor.
Desde muy joven, Manuel demostró ser una persona intrépida, con una visión adelantada a su tiempo. En una región donde la tierra y el agua son los recursos más preciados, encontró en la madera su compañera inseparable. Este material, tan noble y versátil, se convirtió en el eje central de su vida profesional. Con esfuerzo y dedicación, Manuel fundó una empresa maderera que no solo fue un motor económico para la Ribera del Órbigo, sino que también se convirtió en una fuente de empleo y prosperidad para muchas familias de la zona. A lo largo de los años, su empresa no solo creció, sino que se consolidó como un referente en la industria, llevando el nombre de Villaviciosa de la Ribera más allá de las fronteras locales.
Su vida estuvo marcada por el amor y la familia. En un baile de fiesta, como los que solían celebrarse en las fiestas patronales, conoció a Clemencia, la que sería su esposa y compañera de vida. La describía siempre como «la moza más guapa», y juntos compartieron décadas de esfuerzo, dedicación y éxito. Juntos, crearon un legado que sigue vivo en la comunidad, un legado basado en los valores de la honestidad, el trabajo y la lealtad.
En los últimos años de su vida, y con la misma pasión que puso en su empresa, Manuel se embarcó en un nuevo proyecto: la restauración de la histórica Casa del Marqués, un edificio emblemático del siglo XVI que, gracias a su visión, fue transformado en el «Palacio Conde de Rebolledo».
Este lugar, inaugurado el 12 de julio de 2012 como un hotel posada, es hoy un refugio de paz y tranquilidad para viajeros y caminantes que buscan un lugar donde la historia y la naturaleza se entrelazan en perfecta armonía.
Manuel es recordado por todos como un hombre generoso, cabal y honesto. Sus vecinos, amigos y familiares lo describen como un pionero, un benefactor de su tierra que, a lo largo de su vida, trabajó incansablemente para mejorar su comunidad. Así su legado perdurará en Villaviciosa de la Ribera.