Los pantanos leoneses viven un año con cifras récord de agua embalsada
El Luna tiene 196 hectómetros de agua acumulada, solo superados por los 250 de 2018
El año hidrológico en el pantano de Barrios de Luna está siendo excepcionalmente bueno en cuanto a la cantidad de agua que mantiene embalsada por estas fechas cuando ya se ha superado el ecuador de la campaña de riego.
A fecha del 5 de agosto, según los datos facilitados desde el Sindica Central del embalse, contaba con 196,40 hectómetros, el 63% de su capacidad, lo que supone casi 35 más que la media de última década. Sin ir más lejos, en esa misma fecha del año pasado tenía poco más de 135 hectómetros, 60 menos que en la actualidad.
La serie histórica de los últimos diez años a 5 de agosto revela que sólo en 2018 el embalse tenía más agua que ahora, con 250 hectómetros. Una cifra que llama especialmente la atención ya que venía de una campaña como la de 2017 recordada por todos por una desastrosa sequía que obligó a dejar perder cultivos y que se llevó por delante al histórico presidente de la Comunidad de Regantes del Canal de Páramo (Páramo Alto), Ramón Ferrero, que se vio obligado a dimitir. Aquel año el pantano apenas tenía 58 hectómetros a primeros de agosto.
Las causas de esta campaña excepcionalmente buena en cuanto al agua embalsada por estas fechas radican en la meteorología seis primeros meses del año que hizo que tanto el Luna como el resto de pantanos de la provincia llegasen al inicio de campaña de riego con sus reservas prácticamente a tope. Si a esto se añaden las lluvias de primeros de junio que hicieron hecho que apenas se necesitase regar y lo poco que se ha hizo fue utilizando el agua del río sin prácticamente tener que desembalsar, el resultado es que a 21 de junio el embalse estaba al 96,8% de su capacidad con 298,3 hectómetros cúbicos.
Otro dato que llama la atención en la serie histórica de la última década es el consumo que ya se había producido en estas fechas llegando que también ha sido uno de los años de menor demanda con 152 hectómetros, solo superado por el mencionado 2018 en que se había gastado apenas un hectómetros menos. En el lado opuesto están las campañas de 2019, 2015 y 2014, superando con creces los 200 hectómetros.
Desde el Sindicato Central de Barrios de Luna no se cansan de repetir que los datos de esta campaña son absolutamente excepcional en los que aúnan un pantano lleno con las lluvias de este mes de junio que han hecho que casi no se haya necesitado regar hasta buen avanzado junio. E insisten en que se esforzarán, como siempre, en ahorrar la mayor cantidad de agua posible para que quede en reserva para el próximo año. Hay que recordar que el embalse de Barrios de Luna tiene que llenarse cada campaña para poder satisfacer la demanda de la 56.000 hectáreas de regadío que tiene asignadas.
Por ello continúan reclamando una mayor regulación que permita almacenar más agua para los años de sequía que según todos los expertos climáticos serán cada vez más habituales.
La situación de bonanza que vive este año el Sistema Órbigo puede, con sus diferencias y peculiaridades, extraporlarse al resto de pantanos de la provincia que en su conjunto a fecha de 9 de agosto están al 63,4%% de su capacidad, mientras que la media de la última década es del 52,3% y la del año pasado 40,8%.
Este viernes, según los datos que la Confederación Hidrográfica del Duero publica en su página web, el pantano de Luna tenía 184,9 hectómetros (121 en 2023), el de Riaño se sitúa en 417,6 hectómetros (por los 265,7 del año pasado), el del Porma cuenta con 201,8 hectómetros (129 en 2023) y de Villameca 11,2 (8,8 en 2023).
Como se puede observar, todos los embalses leoneses de la cuenca del Duero viven una situación de excepcional bonanza con una cantidad de agua acumulada muy por encima de lo habitual. En su conjunto, de los 1.287 hectómetros de capacidad, a 9 de agosto cuentan con 815 hectómetros, mientras que el pasado año por estas mismas fechas tenía 524,8 y la media de década es de 672,9.
Fruto de todo ello la campaña de riego en la provincia está desarrollándose con normalidad.