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Sor Marta, al descubierto: monja influencer, bodas de aluminio y los santos que la hacen "vibrar"

Captura de pantalla del vídeo de Sor Marta en el que anuncia una oferta para captar becarias.YouTube

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León

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La ciudadrealeña Marta González Cambronero -sor Marta- ha celebrado sus diez años en el Monasterio Santa Cruz de las madres benedictinas en Sahagún (León) con la publicación de un vídeo en su canal de YouTube, donde ya ha superado los 23.600 suscriptores.

"El 22 de agosto de 2014, a las cinco de la tarde, entraba en este Monasterio", ha señalado al hablar de los "mejores diez años" de su vida en un especial de preguntas y respuestas de casi media hora de duración.

"Estoy terminando Ciencias Religiosas, así que rezad por mí para que termine de una vez", ha puesto de relieve sin dejar pasar por alto que "un sueño por cumplir como religiosa" sería el de "la santidad".

"San Juan Bosco, San Benito, San Francisco de Asís y La Virgen en todas sus advocaciones son los santos que más me hacen vibrar", ha señalado sor Marta, que también tiene perfiles en otras redes sociales como TikTok, Facebook, Twitter e Instagram.

"Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza" es la frase sobre la que se apoya su vocación, en sus propias palabras. En este sentido, ha explicado que está "cien por cien segura" de que "Dios existe". "He tenido una relación muy viva con él", ha apostillado convencida de que "él sostiene todo".

"Hay mucha desinformación y falta de práctica de fe", ha lamentado sor Marta en una llamada a "nutrir la pasión y el compromiso" a través de la oración. "El cristiano tiene que poner la otra mejilla, pero también tiene que pedir justicia ante los delitos", ha confesado.

En su vídeo especial también ha apelado a "mantener la ilusión y la perseverancia" y ha recomendado "rezar y preguntar al Señor qué quiere de ti" en el camino hacia la vida consagrada.

"Las monjas no somos raras, aburridas o oscuras", ha dejado claro antes de concluir que "dejaría el Monasterio sólo si decayese espiritualmente".

La vida de esta monja benedictina se rige por una gran disciplina. Se levanta a las seis de la mañana y los maitines, laudes y eucaristía ocupan una gran parte de su jornada diaria. Aún así, tiene tiempo para sus estudios, para las redes sociales y para la elaboración de productos de cosmética natural: jabones, cremas, labiales.., además de dulces, pulseras de tela o velas adornadas.

Todos los venden a través de su tienda 'online', y es una importante vía de financiación para el mantenimiento de este convento fundado en el siglo XVI.

No en vano, han vendido sus jabones de glicerina (que ellas realizan de azahar, coco, chocolate y canela, miel y limón, lavanda y romero) en el Museo del Prado en el marco de la exposición 'El espejo perdido. Judíos y conversos en la España Medieval'.