Enrique Ferrero, jefe del Greim de Sabero: «El accidente de La Polinosa cambió todos los protocolos en los rescates de montaña»
El jefe del Greim de León, único superviviente, recuerda a sus tres compañeros fallecidos al cumplirse diez años de la tragedia
Editorial: Montaña amiga, montaña mortal
«Son dos horas de mi vida que no olvidaré jamás, cada segundo, cada detalle, por mucho tiempo que pase». Así recuerda el brigada Enrique Ferrero el fatídico accidente de aquel 24 de agosto de 2014 en el Pico de La Polinosa, municipio de Maraña, en el que fallecieron tres compañeros guardias civiles mientras realizaban un complicado rescate de montaña en un helicóptero.
El por entonces sargento Ferrero, jefe del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) de Sabero, fue el único superviviente del accidente, junto al montañero rescatado, al que consiguió finalmente salvar la vida. Pero por el camino se quedaron sus tres compañeros, el capitán Emilio Pérez Peláez, de 55 años, el teniente Marcos Antonio Benito Rodríguez, de 50 años, y el agente José Martínez Conejo, de 49 años. Para ellos solo tiene buenas palabras, recuerdos de rescates, del día a día, cafés, buenos momentos vividos juntos. «Si alguna vez tuvimos discusiones, que seguro que sí, pues de eso no me acuerdo, me he quedado con lo mejor que ha sido mucho», explica emocionado sin querer entrar en más detalles.
Diez años después de aquello, lo que el brigada Ferrero tiene claro es que hay que protocolarizar el trabajo para evitar accidentes de este tipo, sobre todo cuando lo que hay en juego son vidas humanas.
Por eso, desde aquel 24 de agosto han cambiado muchas cosas para mejorar la seguridad en los rescates de montaña. Se puede decir que ha habido un antes y un después, y que este accidente ha servicio para que hoy en día este tipo de intervenciones sean mucho más seguras.
Para empezar ya no vuelan con los helicópteros BO 105, ahora lo hacen en un Eurocopter EC 135 mucho más estable, más potente y dotado de instrumentación digital. «Por aquella época había menos protocolos y se trabajaba más a la improvisación». Explica que aunque siempre han contado con muchísimas herramientas para trabajar, y con formación, que sobre todo en el caso de los pilotos es muy buena, siempre hay que protocolizar una secuencia de trabajo, sobre todo si es en altura para minimizan al máximo los errores, en los que «te juegas la vida». Por eso, desde el accidente de La Polinosa, se han incrementado las medidas de seguridad de los rescatadores, con dobles anclajes y doble cuerda de seguridad, entre otras muchas mejoras. «Con la aeronave, por ejemplo, antes se hacían muchos apoyos parciales y ahora al trabajar con la grúa ya no acercas tanto el helicóptero a la pared —que es lo que pasó en La Polinosa—, lo que es muchísimo más seguro». A raíz del accidente los miembros del Greim fueron formados en Huesca específicamente en heligruaje sobre el suelo, y también en pared, que «es un poco más complejo porque tienes que trabajar con el gancho de grúa acercándote a la pared, recepcionar al herido, cortarle su anclaje y salir al ancho de grúa otra vez». Esto significa que «tienes que trabajar colgado del gancho de grúa sin llegar a soltarte, hasta que no estés anclado a la pared. Nunca te puedes quedar ‘colgado’ por así decirlo, es decir, sin estar anclado a nada, pero tampoco puedes cerrar el círculo helicóptero, socorrista, pared», concreta.
Con lo que cuentan ahora es con un sistema de seguridad, por el momento solo empleado por la Guardia Civil, que es un interface llamado Lezard, que va enganchado al ancho de grúa, y con el que ante cualquier tirón del helicóptero salta y suelta al rescatador que queda de esta forma vinculado a la pared a salvo. «De esta forma se minimiza la posibilidad de impacto del helicóptero, ya que no se tiene que acercar tanto a la pared en los rescates», asegura.
También a raíz de este accidente se han empezado a controlar más los equipos con los que trabajan los rescatadores, como los Epis, el material, su uso, sus fechas de caducidad, etc. «Sí que es verdad que para nosotros ha habido un antes y un después de este accidente en materia de seguridad», explica Ferrero.
Lo que el jefe del Grei lamenta es la «poca conciencia» que tiene la gente cuando se enfrenta a una actividad de montaña. De hecho asegura que este año los recates han aumentado algo más de un diez por ciento, llegando a los 21 en lo que va de verano, y lo que es más grave, también las muertes en estos accidentes, alcanzando en León las seis personas fallecidas a lo que hay que sumar una persona que permanece en estado muy grave. «Año tras año observamos que se siguen cometiendo los mismos errores, la gente sigue yendo sola a las expediciones, sin GPS, sin track, sin planificar la actividad, sin conocer la ruta», concreta Ferrero, que asegura que lo que más ha aumentado son los rescates de escalada, «deporte muy de moda al ser ahora olímpico», que requiere de mucha preparación que no todo el mundo tiene, y que son objeto de muchos accidentes, sobre todo en los descensos. Lo que también notan es un incremento del turismo de naturaleza, que hace que muchas personas se lancen a hacer rutas de montaña para las que no siempre están preparados. «El perfil de los rescatados es hombres, que son de fuera de León, incluso extranjeros, maduros, que van solos, que sobreestiman sus posibilidades, que desconoce el terreno y que no manejan las nuevas tecnologías (track) que indican la ubicación», explica.
Con lo que se queda Ferrero, como Guardia Civil, es que rescatar personas es parte de su profesión, aunque a veces implique «traspasar esa línea de seguridad que ponga en riesgo tu vida», como ocurrió hace diez años con sus compañeros.
Triste balance
Formación
Homenaje hoy en la zona cero del accidente
La Guardia Civil de León celebra hoy un acto en Maraña en recuerdo a los tres fallecidos en el accidente de La Polinosa a cumplirse diez años del trágico siniestro. Esta actividad consistirá en una marcha a pie, de dificultad media, de unos siete kilómetros (ida y vuelta), con salida a las 10.00 horas desde el refugio Gistral, hasta la falda del Pico de la Polinosa, en donde se encuentran varias placas conmemorativas, lugar en el que se realizará una Ofrenda Floral. Al punto de partida se accede desde la localidad de Moraña, a pie o en vehículo todo terreno.