Arauz se come a Dolores Aguirre en la corrida del centenario coyantina
Morenito de Aranda indulta un toro de la ganadería jienense que soltó tres ejemplares extraordinarios
Valencia de Don Juan celebró este sábado el centenario de su plaza de toros con una corrida desafío entre las ganaderías de Dolores Aguirre (Sevilla) y Arauz de Robles (Jaen) para los diestros Morenito de Aranda, Esaú Fernández y José Francisco Molina.
Salieron en primer lugar los tres toros de Dolores Aguirre, de impecable presentación, pero juego desigual. El que abrió plaza permitió a Morenito de Aranda cortar la primera oreja de la tarde. Con el segundo poco pudo hacer Esaú Fernández que acortó la faena a la mínima expresión. Tampoco el tercero ofreció mucho más, a pesar de que Molina lo intentó hasta la saciedad. Este ejemplar propinó una cornada a uno de los banderilleros sobre el que hizo hilo a la salida de un par. Tuvo que ser trasladado al complejo hospitalario de León, después de haber sido atendido por los servicios médicos de la plaza.
A partir de aquí, la apoteósis total con tres toros de Arauz de Robles extraordinarios. Uno indultado, y los otros dos premiados con la vuelta la ruedo. Ahí es nada.
El que hacía cuarto de la tarde, de nombre Tasador, pasará a la historia del coso Martínez Zárate de Valencia de Don Juan. Un cuatreño marcado con el número 5 que fue pitado a la salida por por ser considerado ‘feo’, gacho de cuerna y bizco de uno de los pitones. Pero cuando empezó a embestir todo cambió, arrancando inmediatamente los primeros aplausos. Un toro bajo de agujas, que iba a los engaños como un cañón. Noble, transmitiendo, humillando y yendo largo hasta el infinito tanto por la derecha como al natural. El diestro burgalés, Morenito de Aranda, lo entendió a la perfección con ambas manos, haciendo una afena larguísima sabedor de la calidad del animal, que no se cansaba de embestir una y mil veces. Poco a poco fueron apareciendo los primeros pañuelos blancos en los tendidos pidiendo el indulto del animal, a los que el torero se sumó hasta que, finalmente, el presidente sacó el naranja, perdonándole la vida. Dos orejas y rabo simbólicos para Morenito.
Sus otros dos hermanos de camada no le fueron a la zaga. El que hizo quinto de la tarde, bien presentado, permitió a un Esaú Fernández que salió enrabietado iniciando la faena en los medios con ambas rodillas en tierra, cortarle las dos orejas.
El que cerró plaza, quizá el de menor trapío y con más complicaciones, también dejó a Molina cortarle una oreja.
En resumen, Arauz de Robles se comió a Dolores Aguirre en una corrida extraordinaria.