Los pantanos, a punto de cerrar la campaña, se sitúan 11 puntos por encima del último lustro
Los embalses leoneses de la Cuenca del Duero cuentan con 118 hm3 más de agua embalsada que la media de los últimos cinco años
Los pantanos leoneses de la Cuenca del Duero, a punto de terminarse la campaña de riego, cuentan con un 11% más de agua embalsada que la media del último lustro.
Según los últimos datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) a través de su página web, este viernes, 20 de septiembre, los embalses leoneses tenían embalsada 558,6 hectómetros cúbicos, lo que supone el 43,4% de su capacidad total que es de 1.287 hectómetros. Se trata unas cifras muy positivas ya que por estas mismas fechas la media de los últimos cinco años está en 440 hectómetros cúbicos, 118 menos que en la campaña actual. Si se habla de porcentajes, la media en esos mismo cinco años se sitúa en el 34,2%, 11,2 puntos menos que en la actualidad.
Sin ir tan lejos, simplemente comprando los datos actuales con los de hace un año, la situación es considerablemente mejor. Si hoy los embalses de la provincia acumulan un volumen de agua de los mencionados 558 hectómetros cúbicos (43,4%), el 23 de septiembre de 2023 tenían 321 hectómetros (24,9%), nada menos que 237 hectómetros menos, un 18,5%.
La situación es muy similar en todos los casos. Barrios de Luna en la actualidad tiene 104 hectómetros (33,8%) por los 59 (19,16%) de hace un año. El Porma cuenta con 145 hectómetros de agua embalsada (45,8%) por los 86 (27,04%) del año pasado. Riaño acumula 303,4 hectómetros (47,3%) por los 172 (26,83%) de 2023. Finalmente, Villameca cuenta con 4,2 hectómetros, los mismos que hace un año.
En cifras globales, año a año desde 2020, ninguna campaña, por estas fechas de finales del mes de septiembre, los pantanos leoneses contaban con tanta agua embalsada. Después del actual, precisamente ese 2020 fue el mejor con 502 hectómeros cúbicos (39%). En 2021 tenían acumulados 487 hectómetros (37,8%), en 2022 las cifras eran considerablemente más bajas con 334 hectómetros de agua embalsada (25,9%), situación que prácticamente se repitió en 2023 con 321 hectómetros (24,9%).
Desde las comunidades de regantes resaltan que este ha sido un año hidrológico bueno, pero que ello no sido óbice para derrochar agua, sino todo lo contrario. Desde los órganos gestores se han afanado en ahorrar el máximo de agua posible porque, repiten, «no sabemos cuando vendrá la próxima sequía». Al mismo tiempo hacen continuos llamamientos a los regantes al ahorro de agua «porque la que sobra queda para la campaña siguiente, que no sabemos cómo va a venir».
Finalmente, recuerdan que estas cifras actuales no deben engañar a nadie y continúa pidiendo a las administraciones una mayor regulación de una cuenca que consideran claramente deficitaria.