Una fortaleza del siglo XVI que mira al XXI
El castillo de Alcuetas , de la ruina a la vida
El proyecto, de 284.000 euros, reconstruirá el muro oeste caído en 2018 y habilitará las dos plantas del interior del edificio para usos socio-culturales
Eran las doce de la mañana del 10 de marzo de 2018 cuando los vecinos de Alcuetas se encontraron con lo que ya muchos habían avisado que podía pasar. Tras un gran ruido, descubrieron que el ala oeste del castillo de había venido abajo. La ruina, literal, para una pequeña joya del siglo XVI.
Incluso, en aquel momento ya tenían concedida una subvención de la Diputación de León para su restauración. Hubo que cambiarlo todo. La institución provincial entendió la situación y accedió a modificar el proyecto.
Se invirtieron entonces 200.000 euros, financiados al 75% por la Diputación. El resto lo aportó el Ayuntamiento de Villabraz, municipio al que pertenece el pueblo de Alcuetas.
En aquel momento se consolidó el edificio, se restauraron todo los muros, especialmente la fachada este que desde entonces luce como ningún vecino la había visto, se colocaron los pasos de puertas, dinteles, ventanas...
Los máximos mandatarios de la localidad, tanto el alcalde, Ricardo Pellitero, como el presidente de la junta vecinal, Tomás Prieto, no se conformaron con aquello y se plantearon reconstruir el muro oeste que se había caído para que el edificio quedase totalmente cerrado y pudiera dársele un uso de tipo socio-cultural. Van camino de conseguirlo.
Una vez más recurrieron a la Diputación que incluyó el proyecto en el Programa R (Recuperar, Regenerar, Reactivar) 2021/2022, que gestiona el Instituto Leonés de Cultura. La obra tiene un presupuesto de 284.410 euros, de los que 255.969 (el 90%)los aporta la institución provincial.
Otra vez un problema sobre la mesa. ¿De dónde sacar los 28.441 euros que debía poner el pueblo si ni la junta vecinal de Alcuetas, ni el Ayuntamiento de Villabraz disponían de esos recursos?
Ese escollo no iba a truncar sus anhelos. El alcalde reunió a los vecinos en concejo y acordaron realizar un donativo voluntario de 300 euros cada uno. En el pueblo son apenas treinta vecinos y en aquel momento se apuntaron cerca de sesenta, muchos de ellos hijos de la localidad que ahora viven en otros lugares, pero que estaban dispuestos a aportar.
Además se organizó un concierto solidario con artistas como la orquesta Top Líder, el grupo El Viaje de Cooperpot, el cantante Moris, la banda The Hockerties o la Charanga Pasodoble. Todos de manera altruista. Posteriormente hfueron llegando algunos donativos de empresas de la zona, y otros anónimos o con nombre y apellidos que han ido contribuyendo al sueño común.
Pellitero, en su momento, aseguraba que todo esto había sido casi «un milagro» y reclamaba a la Diputación que subvenciones para este tipo de obras fueran al 100%, «aunque vengan con menos dinero, porque los pequeños municipios no podemos aportar el 10% que nos corresponde. Que lo que nos den sea al 100% ó nos veremos obligados a renunciar en muchos casos».
El proyecto ya está redactado y la obra adjudicada a la empresa Decolesa, la misma que ejecutó la primera fase con tan buenos resultados. Se dotará al edificio de un aspecto renovado y funcional. Se reconstruirá el muro oeste que se vino abajo y se colocará una cubierta. Quedarán dos espacios diáfanos en cada una de las plantas que estarán comunicadas por medio de una escalera y se intentará dejar espacio para la instalación de un ascensor.
Llegados a este punto, ha surgido otra piedra en el camino. Las obras fueron adjudicadas con precios de hace unos años, que hoy han quedado obsoletos. Por ello, el alcalde y el presidente de la junta vecinal se reunirán en los próximos días con los responsables de la Diputación para que les permitan quitar unidades de obra y así poder ejecutarlas. Y al mismo tiempo reclaman que «sería un buen momento para que la Junta de Castilla y León aportase algo, que no aportado nada, y así poder terminar las obras como estaban previstas».
El castillo de Alcuetas es una joya que data del siglo XVI, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1949. Es un edificio de pequeñas dimensiones y gran belleza construido por Alfonso Enríquez de Acuña, hijo de Juan de Acuña y Portugal, tercer conde y segundo duque de Valencia de Don Juan, y Teresa Enríquez.