La FOP denuncia que la A-6 y la AP-66 no son seguras para evitar accidentes con osos
Un estudio por las autovías y autopistas del Noroeste concluye que sus vallados son insuficientes y exige medidas urgentes
Editorial: El peligro ronda la AP-66 y la A-6
La Fundación Oso Pardo (FOP)ha realizado un estudio de campo que pone el foco es las «escasas» medidas de seguridad con las que cuentan las principales infraestructuras viarias del Noroeste para evitar que se produzcan accidentes con ejemplares de osos pardos o con otras especies de la fauna salvaje.
En concreto se ha evaluado el estado de las tres autopistas y autovías que atraviesan el área de distribución de la especie: la A-67 (Autovía Cantabria-Meseta) por el este, la AP-66 (autopista del Huerna) entre los dos grandes núcleos reproductores, y la A-6 (autovía del noroeste) por el sur.
La investigación, que actualiza un estudio realizado por ellos mismos en 2015, ha supuesto recorrer más de 60 kilómetros del vallado de las vías rápidas objeto de estudio de marzo a junio de 2024. Para la realización de este estudio, que ha contado con la financiación del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, la fundación ha trabajado con investigadores de la empresa Consultores en Biología de la Conservación y del Instituto Mixto en Investigación de la Biodiversidad (participado por la Universidad de Oviedo, el CSIC y el Principado de Asturias).
La principal conclusión del estudio indica que los actuales vallados son insuficientes para evitar la entrada a la calzada de un oso u otros mamíferos de gran tamaño, lo cual supone un peligro para la fauna salvaje pero también un problema de seguridad vial. Según el estudio, el vallado de la autopista y las dos autovías responde al diseño habitual, con una malla cinegética que suele tener 1,6 metros de altura, sin voladizos y sin especiales medidas de fijación al suelo. Pero el manual de referencia, publicado en 2015 por el Magrama (ministerio con las funciones del actual Miteco), propone cerramientos específicos para el oso más seguros, con un vallado de tres metros de altura, con los ochenta centímetros superiores en visera y la parte inferior reforzada con un faldón horizontal de malla de 1,5 metros de ancho, enterrado en el suelo. Estos vallados reforzados «a prueba de osos» deberían extenderse a todo el área de distribución permanente de la especie afectada por las tres vías rápidas.
Para el presidente de la FOP, Guillermo Palomero, «llueve sobre mojado con este tema ya que llevamos años reclamando, ya no solo la mejora de estas infraestructuras, sino su mantenimiento optimo para evitar accidentes como el que ocurrió el año pasado en Rioseco de Tapia, algo que puede parecer puntual pero que por desgracia puede convertirse en una tónica».
Palomero destaca que el incremento de la población de osos experimentada en los últimos años, y el hecho de que ya haya una única población, hace que este tipo de incidentes viarios tiendan repetirse si no se pone remedio.
«En sus movimientos dispersivos, habitualmente de jóvenes machos, y probablemente también durante los celos, cuando los machos adultos pueden recorrer largas distancias en busca de hembras, el oso pardo cantábrico choca con las vías de alta velocidad construidas con poca consideración hacia la fauna salvaje», explica.
La AP-66, que enlaza Asturias con León, es la infraestructura más sensible al cruce de osos, ya que separa los dos grandes núcleos de la población cantábrica. «De hecho, ya se localizan osas con oseznos a ambos lados de la autopista», matiza Palomero.
Para la realización de este informa, la fundación ha viajado a otros países para conocer los vallados que utilizan, como la Via Egnatia de Gracia, o los pasos para la fauna en Croacia, donde se ha coprobado que «tomando las medidas necesarias se pueden evitar este tipo de incidentes.
El presidente de la FOP considera que además de «insuficiente», el estado del vallado «es muy mejorable». Explica que en las tres vías de alta velocidad evaluadas hay puntos donde el cerramiento muestra un deterioro importante, destensado o con amplias gateras, que permitirían el acceso de grandes mamíferos. Por ejemplo, en la AP-66 se encontraron grandes gateras en cuatro de los 18 tramos analizados, con una longitud total de quinientos metros de valla. «Es un pequeño porcentaje de todo el vallado, pero para ser eficaz a la hora de evitar atropellos de fauna y accidentes de tráfico, el recorrido completo debería estar en buenas condiciones», insiste. Para la FOP es importante para la recuperación del oso pardo que tanto la autopista AP-66 y las autovías A-67 y A-6 sean permeables gracias a sus potenciales pasos de fauna pero cuenten con un vallado que impida el atropello de animales.
Según ha constatado la fundación, por el sur, las localizaciones de osos más allá de la A-6 están aumentando. Existe presencia habitual de ejemplares –machos– en la Sierra del Courel (Lugo) y otros deambulan entre La Cabrera leonesa y La Carballeda zamorana. En abril de 2019, uno de estos osos flotantes llegó a adentrarse en Portugal. En el límite oriental del área de distribución, la A-67 pasa por pasillos de expansión potencial de la especie. Al este de esta autovía hay osos que llegan a los bosques cántabros de Valderredible y se asoman a la provincia de Burgo llegando hasta Las Meridades.
La FOP tiene previsto iniciar una serie de reuniones con las distintas administraciones implicadas para presentar estas nuevas conclusiones y exigir medidas urgentes.
Guillermo Palomero
En el punto de mira
Detectan el bloqueo de muchos pasos con fines ganaderos
Como parte del estudio sobre el terreno, la FOP también ha analizado el estado actual de todos los pasos potenciales de fauna, actualizando el exhaustivo trabajo realizado en 2015. Tras la visita a 33 pasos potenciales en la A-6, 55 en la A-67 y 37 en la AP-66, se comprobó que los osos tienen suficientes oportunidades para cruzar, sobre todo por grandes túneles y viaductos. Aún así, se mantiene un problema: el bloqueo de algunas estructuras de paso para fines ganaderos. En la AP-66 uno de cada cinco pasos tenía cierres ganaderos, el 16% en la A-67. Aunque hay cierres simples de alambre, para que el ganado no pase de un lado al otro de las vías, otros se hacen con puertas más o menos sofisticadas que dificultan o impiden el paso de un animal como un oso. Hay situaciones tan sorprendentes como la que encontramos bajo el viaducto de La Portela, en la A-6, un buen paso de fauna cerrado con malla: el día de nuestra visita, en ese improvisado corral se resguardaba un rebaño de cabras, con sus mastines y un perro border collie. Hemos remitido este estudio al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, con la recomendación de que se sustituya el vallado en las tres vías rápidas que atraviesan el área de distribución del oso pardo cantábrico por otro más acorde con las prescripciones técnicas del Miteco. Actuar es esencial para evitar más atropellos de osos y reducir el riesgo de quienes utilizan estas vías de comunicación.