Empresas y alcaldes piden una discriminación positiva y un plan de Estado para fijar población rural

La falta de servicios públicos y privados y sobre todo la necesidad de aplicar una discriminación positiva, con condiciones fiscales especiales, y contar con plan director duradero en el tiempo contra la despoblación y capitaneado por la administración central centraron el debate en la mesa redonda moderada por Pilar Infiesta que reunió a los alcaldes de Fresno de la Vega y de Pajares de los Oteros, Alfonso Melón, y Julio César Fernández, al director de Comunicación de Cupa Group, Eliseo López, al director de Comunicación de Caja Rural, Narciso Prieto y la periodista de Ineco María Martín Flores.

Alfonso Melón hizo un llamamiento al sector privado para que apueste por el mundo rural porque la despoblación también es financiera. "Solicitar un cajero en un pueblo de menos de 500 habitantes es un problema. Es muy difícil fijar población si además de servicios públicos faltan servicios privados y tienes que coger un taxi para ir a un cajero. Un supermercado es un lujo en determinados pueblos", afirmó Melón.

Pero también dejó claro que hay un componente rural en la despoblación. "Mi pueblo es el mejor del mundo para ir de vacaciones, pero no pienso en él cuando tengo que trabajar. La despoblación también es una cuestión cultural y de educación. "Parecía que vivir bien estaba asociado a irse a la capital".

Para Melón, "en la administración no son conscientes de que hay un problema". Por eso, el regidor de Fresno pidió un cambio. "Lo que hemos hecho hasta ahora no sirve para nada. La población sigue cayendo. Todo lo que hemos hecho hasta ahora no vale. O hacemos algo disruptiva o no vale. Tiene que haber una discriminación positiva o vamos a desaparecer", afirmó, antes de defender también las posibilidades del teletrabajo. En el caso de Fresno, hay trabajo, pero no redunda igual en el número de residentes. "En Fresno hay trabajo gracias a las tres conserveras, pero nadie quiere venirse a vivir", se quejó.

Las soluciones no son fáciles. "Es un gato que se muerde la cola. Necesitamos servicios mínimos para tener población, pero necesitamos población para recibir ayudas para esos servicios", explicó.  Y se dirigió a los bancos, "que no tienen pérdidas", para que se involucren. "Igual hay que ganar un poco menos y mantener esos servicios", dijo en alusión a la falta de cajeros.

Julio César Fernández, alcalde de Pajares, comenzó recalcando que "la apuesta de los regadíos es fundamental para fijar población en el mundo rural" . Y lamentó el uso electoral de la despoblación. "No podemos fijar población si no hay servicios. No vale hablar del mundo rural cuando lleguen las elecciones y que agarren un número de votos".

En cuestiones tan básicas como iluminar los pueblos, "hay Ayuntamientos que las pasan muy negras para dar alumbrado público". De ahí la necesidad de recibir ayuda de las administraciones superiores. En el caso de Pajares, Fernández tiene claro que hay que "poner en valor las reliquias que tiene nuestro municipio". Y esas fortalezas de Pajares están en el mundo del vino y por eso han atraído a grandes bodegas. "Tenemos viñedos de más de ciento veinte años que son unas reliquias". Y todo eso sin olvidar al sector primario más clásico. "El apoyo a la agricultura y la ganadería es fundamental. Solo faltaba que se nos fueran.

Luego los ayuntamientos tienen que ocuparse de cuestiones básicas. "Hemos puesto una antena de telefonía, porque hay grandes presupuestos para muchas cosas en grandes ciudades, pero para dar cobertura en pequeños municipios tiene que hacer un esfuerzo un ayuntamiento pequeñito como el mío"    

Fernández reprochó la impostura de muchos cargos públicos a los que "se les llena la boca hablando de apoyar el mundo rural a las administraciones". Y lamentó que las políticas rurales, las políticas de Estado, se decidan muy lejos. "Viene el urbanita de Castellana a decirnos cómo fijar población. Los actores que están activando esos pactos contra la despoblación igual no saben lo que es una vaca, una era, cortar un racimo de uvas. Si el pacto de Estado lo gestionan gente de ocho apellidos urbanitas igual ahí tenemos un problema"

El alcalde de Pajares pidió acciones más duraderas. "Igual hace falta un agenda 2040, no 2030". Y dejó claro que "si no tenemos igualdad de oportunidades entre lo rural y lo urbano lo vamos a pasar muy mal.

El director de Comunicación de Cupa Group Eliseo López recalcó que  su empresa "está muy pegada a las zonas rurales. Nuestras instalaciones están en el medio rural y nuestros empleados también, en el Bierzo y la Cabrera".

"Siempre nos hemos preocupado por el medio rural con el que convivimos. Siempre nos hemos preocupado por el empleo y el desarrollo y fijar población", dijo antes de recordar el reparto de cheques bebes entre sus empleados y el apoyo de Cupa a la creación de centros tecnológicos rurales, en Puente Domingo Flórez y Cubillos del Sil en colaboración con AFA Bierzo.

"No hemos olvidado de los pueblos y todos venimos del mundo rural", lamentó López antes de reclamar "Un plan de arriba a abajo", desde el Gobierno para establecer unos servicios básicos en nuestras zonas y acercar las nuevas tecnologías al mundo rural. "Es la administración quien tiene que capitanear esos procesos. Los acaldes son supermanes" afirmó para reclamar  "una planificación del desarrollo rural" donde prime el equilibrio territorial.

María Martín Flores, de Ineco, recordó que llevan tres años trabajando en  ayudar a superar la brecha digital acercando las nuevas tecnologías a los municipios pequeños. "Sobre todo a las personas mayores, que son las que más lo necesitan. Más atrás se están quedando. No saben manejarse con el teléfono móvil", advirtió.

Colaborar con las pymes en la digitalización y la apuesta por el teletrabajo, "un factor clave a la hora de luchar contra la despoblación", son acciones que emprende Ineco. Porque "la calidad de vida en el medio rural es un hecho. Hay que aumentar las oportunidades del medio rural para que se igualen con el mundo urbano", pidió Flores antes de asegurar que el regreso de las ciudades al campo es una posibilidad real. "Tengo amigos que han vuelto al pueblo en Extremadura, Cantabria o Asturias. Hay un colapso en la ciudades. Hay esperanza. Por parte de las empresas se tienen que proponer acciones para colaborar con el mundo rural."

Narciso Prieto, director de Comunicación de Caja Rural. 

Narciso Prieto, director de Comunicación de Caja Rural, recordó que se cumplen ciento veinticinco años de historia de las cajas rurales. Y pidió menos palabras y más hechos. "La única forma de tener anclajes es que los hechos tienen que corroborar las palabras. La despoblación está de moda, pero solo en momentos muy puntuales del año y tiene que ser una prioridad en la agenda institucional y empresarial", afirmó después de recordar que siendo Caja Rural originaria de Zamora, "epicentro de la despoblación en España", su entidad no ha cerrado ninguna oficina. Al contrario, siguen abriéndolas, como ocurrirá en La Baña en unas semanas.

Prieto pidió un "equilibrio entre lo urbano y lo rural" y dejó claro que en el caso de Caja Rural, "mientras el balance aguante, aquí no se cierra nada", porque han sido los clientes rurales los que han permitido a la entidad de ahorro desembarcar incluso en Madrid.

"Somos una banca de hechos, de palabras", afirmó. Pero lamentó que no siempre sea así en su sector.  "Estamos muy solos y nos hemos quedado muy solos". Ha habido "un desarme de la gran banca en el mundo rural ,pero nosotros seguimos abriendo oficinas.

Prieto matizó que "un cajero a veces no es la solución. A veces no es accesible para las personas mayores". `Por eso defendió los "puntos de atención al cliente por acuerdo con los ayuntamientos. Creemos mucho más en la atención personalizada".

El responsable de Caja Rural se mostró de  acuerdo con la discriminación positiva y una fiscalidad especial para el mundo rural. "Hace falta una discriminación positiva real. Ventajas reales para montar un negocio en un municipio rural".

Y afirmó que en Caja Rural, aún teniendo puntos de atención al cliente deficitarios. "Planteamos una parte del servicio financiero rural como un servicio social. Ojalá pudiéramos abrir 35 oficinas al año en León", dijo   

Para Prieto, "La calidad de vida no se mide solo por respirar, se mide por oportunidades. No se trata solo de respirar, sino de tener servicios y por eso la gente joven emigra a las ciudades. 

Tiene que haber una estrategia clara. Si no continuaremos con esta sangría", advirtió.