Al rescate del Torreón de los Pernía
La Junta destina 54.588 euros para obras de conservación en cubierta y fachadas
La Junta de Castilla y León ha iniciado las obras de reforma y acondicionamiento del Torreón de los Pernía, situado en Otero de Escarpizo (León), a fin de materializar una renovación general del inmueble con una inversión de 54.588 euros. La Junta ha informado, a través de un comunicado, que la renovación de este inmueble se desarrollará a través de varias líneas de actuación con el objetivo de solucionar los problemas de conservación que presenta actualmente el edificio.
Para ello, se procederá a la reparación parcial de la cubierta y de los sistemas de evacuación de pluviales; la conservación de la fachada principal, con especial cuidado sobre la restauración de los escudos; la reforma de los acabados exteriores del edificio auxiliar; y las reparaciones varias de acabados e instalaciones.
El delegado territorial de la Junta en León, Eduardo Diego; acompañado por la jefa del Servicio Territorial de Cultura, Amelia Biaín, y la alcaldesa del municipio, María Teresa García, visitó esta semana este Centro Cultural Etnográfico para conocer los detalles de la intervención. «Esta actuación se suma a la sustitución del ascensor prevista y llevada a cabo por la administración autonómica en el mismo inmueble y que va a suponer una inversión de, aproximadamente, 30.000 euros», ha indicado Diego. Este Bien de Interés Cultural (BIC) forma parte del acervo cultural de la localidad de Otero de Escarpizo y, por extensión, de todo el municipio de Villaobispo de Otero. Emblema de la localidad y de buena parte de la comarca de la Cepeda, resulta ser, prácticamente, la única muestra de arquitectura palaciega del entorno. En este aspecto, cabe destacar que esta casona palacio cuenta con tres escudos de valor histórico, alojados en sus muros, que son indisolubles e inalterables de su situación.
El edificio consta de un volumen rectangular de dos plantas, construido probablemente a finales del siglo XVI o principios del siglo XVII, que contaba con un torreón adosado de tres plantas. Además, se cree que el edificio tuvo un corral posterior que completaba la forma original de un cuadrado, del que se intuyen huellas en los muros laterales del torreón y restos de basas o pilares dispersos por el edificio.
La construcción es de fábricas de sillarejo bastardo, estructuras y tablazón de madera y cubierta de teja cerámica árabe.
El empleo de estos sistemas tradicionales deja traslucir cierto poder económico en un entorno donde las casas eran de tapia o barro. El palacio, residencia de la familia Pernía o de sus herederos hasta hace apenas 70 u 80 años, pasó posteriormente a manos de la Iglesia, que dispuso su utilización como residencia de jóvenes hasta hace unos 50 años.
A partir de entonces, su uso como edificio de cuadras para el ganado y su total abandono posterior aceleraron su deterioro hasta su recuperación para usos culturales por el Ayuntamiento de Villaobispo de Otero, mediante la rehabilitación integral este año.