Diario de León

VILLADEMOR DE LA VEGA

Colgados por la tradición secular

Como marca la tradición, desde hace siglos, en la tarde del domingo, las gallinas volvieron a colgar de la soga. Las fiestas en honor de San Antón, ahora festejadas en fin de semana, para poder concentrar a más visitantes y

Las gallinas, en sus jaulas, antes de ser sacrificadas y colgadas

Las gallinas, en sus jaulas, antes de ser sacrificadas y colgadas

Publicado por
Ana Gorgojo Corresponsal de VILLADEMOR.
León

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Si bien en otras ocasiones eran jinetes montados a caballo los encargados de arrancar la cabeza de las gallinas colgadas, este año, la falta de equinos hizo que las peñas del pueblo, subidas en un tren, fueran las encargadas de proceder a separar la cabeza del cuerpo del animal, obteniendo el premio aquel que más cabezas hubiera arrancado. No faltaron los jóvenes que a falta de caballo emplearon otras monturas, como los burros, para poder obtener el premio. La comisión de fiestas se dió cita, sobre las cuatro y media de la tarde, para proceder a sacrificar las 50 gallinas, que más tarde serían colgadas en la soga. Después de que hace unos años esta fiesta fuese acusada de bárbara por varias asociaciones protectoras de animales, el consitorio optó por sacrificar previamente a las gallinas y otorgar una ayuda a la comisión de fiestas para que las comprase de deshecho en granjas de la zona, cumpliendo así con la legislación vigente. Sin embargo, el pueblo se mantiene dividido y cada vez son más los que protestan al mantener viva esta tradición, al consideran que se puede sustituir las gallinas por cintas de colores, sin que se ocasione daño alguno a los animales. Otros se alzan defensores de esta antigua tradición, y añoran los tiempos en los que pendían de la soga patos enfermos o viejos que los vecinos regalaban para la ocasión a la comisión de fiestas. «Resultaba más díficil poder arrancar la cabeza, porque la piel de los patos es más dura», recuerda un vecino de la localidad, «se le da demasiada importancia y no hay tanta diferencia con las corridas de toros». Pero parece que de momento la carrera continuará celebrándose, trasmitiéndose de padres a hijos, aunque a más de uno le seguirá temblando el cuchillo en la mano al proceder a hacer un corte en el cuello de la gallina para matarla antes de colgarla y arrancarle después la cabeza.

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